Kantunilkín.- El Hetzmek es una práctica maya prehispánica que pierde vigencia por la modernización, pero la familia Argáez Arzola quiere rescatarla y aprovechando el equinoccio de primavera, le pidieron al sacerdote maya German Pool Che encabece este ritual para su hijo.
Fue en las faldas del cerro mayor “Kantunich” de este municipio, donde el sacerdote realizó esta añeja practica a petición de los señores Ebraín Argáez Pool y su esposa Doris Arzola Cabrera, para su hijo Darío Azael Argáez Arzola, de 11 meses de edad.
Ahí, el sacerdote maya señaló que para la práctica de este ritual utilizan cuatro importantes elementos:
“Estos son, la pepita que representa el nacimiento, la miel, el pinole y el huevo que, todos unidos, representan el “nacer de lo dulce para buscar el camino correcto”…expresó.
Asimismo, un compromiso de por vida para los padrinos que, en esta ceremonia fueron Lissandro Ávila Argáez y Karla Sosa Argáez.
Al mismo tiempo, dijo que utilizan otros elementos secundarios como una libreta, una escopeta que pudiera ser de juguete, un calabazo (recipiente de agua autóctono), entre otros, ya que, cuando crezca, el niño podría convertirse en un campesino, un cazador o un profesionista.
Pool Che manifestó que la función del Hetzmek es fomentar el desarrollo intelectual y social de los niños mayas desde sus primeros meses de vida y debe realizarse antes de los cinco meses de vida, pero lo pospusieron por la pandemia.
El Hetzmek consiste en abrazar al niño a horcajadas y en darle nueve vueltas alrededor de la mesa, mientras el sacerdote maya explica el significado de los elementos colocados sobre la mesa y, posteriormente, la madrina hace lo propio pero en sentido contrario.