Deporte.- Haití tuvo que comenzar el partido con 10 jugadores, luego de que varios elementos llegaron tarde y no pudieron realizarse la prueba anti Covid-19.

En el fútbol de la Concacaf se viven cosas que no pasan en ninguna otra parte del mundo y ejemplo de ello es lo que sucedió en el Preolímpico, donde la Selección de futbol de Haití tuvo que debutar ante Honduras con 10 futbolistas y con un jugador de campo como portero.

Lo anterior se debe a que una parte de la Selección de Haití llegó tarde a Guadalajara, donde se lleva a cabo el Preolímpico, por lo que tuvo que comenzar el partido con 10 futbolistas y con el defensa, Odilón Jerome, como portero.

Fue hasta pasado el minuto 20 del encuentro, cuando dos jugadores, que se encontraban a la espera de los resultados de sus pruebas de Covid-19, pudieron ingresar al terreno de juego; no obstante, el cuadro de Haití ya perdía 2-0.

¿Qué dijo la Concacaf sobre la situación de Haití?

Después de que se diera a conocer que la Selección de Haití tuvo que comenzar su partido debut en el Preolímpico ante Honduras con 10 jugadores, la Concacaf emitió un comunicado en el que explicó las razones.

El organismo indicó que varios jugadores de Haití llegaron tarde a Guadalajara, por lo que no pudieron realizar las pruebas anti Covid-19 a tiempo, por lo que solo pudieron jugar los que sí habían cumplido con los requisitos previamente establecidos.

“En el caso de Haití, parte de su delegación llegó a Guadalajara, México, demasiado tarde para realizar las pruebas antes del partido de hoy, por lo que solo aquellos jugadores y oficiales que cumplieron con el régimen de pruebas participarán en el partido”, Concacaf.

Christian Martinoli habla sobre el caso de Haití

Las reacciones por la situación de la Selección de Haití no tardaron en llegar y uno de los que se expresó en sus redes sociales fue Christian Martinoli, quien aseguró que el cuadro caribeño es lo mejor que le ha pasado a la Concacaf.

Martinoli también escribió “¿Y mi único haitiano?”, haciendo referencia a su mítica frase cuando la Selección Mexicana no pudo conseguir el boleto a los Juegos Olímpicos de Pekín, precisamente ante la Selección de Haití.