El cuento de hadas entre Florida y Disney está llegando a su fin luego de que el Parlamento estatal anuló este jueves el estatuto de autogobierno que gozaba la compañía en su parque de atracciones de Orlando.
Como parte del último episodio de una guerra cultural que sacude Estados Unidos, el Parlamento estatal anuló este jueves el estatuto de autogobierno que gozaba la compañía en su parque de atracciones.
El texto legislativo, al cuál sólo le falta la firma del gobernador Ron DeSantis, su principal impulsor, llega tras una disputa entre el líder republicano y la compañía sobre una polémica ley educativa votada en Florida.
“Si Disney quiere pelear, eligió al tipo equivocado”, escribió DeSantis en un correo electrónico para recaudar fondos.
Todo comenzó en marzo, cuando Florida aprobó una ley que prohíbe enseñar asuntos relacionados con la orientación sexual y la identidad de género en escuelas primarias, entonces los problemas para la empresa empezaron.
Dicha ley, apodada “Don’t Say Gay” (No digan gay) por sus detractores, se enmarca en una batalla cultural emprendida por el Partido Republicano, justo a unos meses de las elecciones de mitad de legislatura que se celebrarán en noviembre.
Y es que desde hace meses, los republicanos tienen en la mira a medios de comunicación, empresas y políticos demócratas a los que acusan de querer imponer su ideología progresista a los demás.
En un primer momento, Disney se negó a opinar sobre la ley educativa de Florida, donde emplea a unas 75 mil personas. Pero las numerosas críticas recibidas por su silencio al respecto llevaron al director ejecutivo, Bob Chapek, a condenar la medida y a suspender las donaciones políticas en el estado.
Esta decisión por supuesto, irritó a DeSantis, un político ambicioso al que muchos analistas ven como un posible candidato para la Casa Blanca. Pocos días después, anunció que había pedido a los congresistas estatales anular el estatuto especial de Disney.
Tan solo dos días después, sus deseos se cumplieron en el Parlamento, dando inicio a un periodo que llevará al desmantelamiento del distrito especial en junio de 2023.
“Disney es un invitado en Florida. Hoy se lo recordamos”, tuiteó Randy Fine, el republicano que presentó la ley contra el autogobierno de Disney en el Parlamento estatal.
Por su parte, el senador republicano Marco Rubio acusó a la empresa de tener un doble estándar.
“Disney no dice una palabra sobre la dictadura en China porque podría costarle miles de millones de dólares”, tuiteó Rubio.
“Pero no tiene ningún problema en usar su poder corporativo para mentir sobre leyes aprobadas por legisladores elegidos democráticamente en Florida”, añadió.
Cabe recordar que el Reedy Creek Improvement District fue aprobado en 1967 por los congresistas floridanos para facilitar la construcción del parque Walt Disney World cerca de Orlando.
Dicho “predio” mide unos 100 km2 e incluye dos ciudades y terrenos en los condados de Orange y Osceola, en el centro del estado.
Gracias a ello, Disney dirige ese distrito como si fuera un gobierno local, cobrando impuestos y garantizando servicios públicos esenciales como la recogida de basura, el tratamiento de las aguas, etc.