En San Antonio, Texas, un migrante guatemalteco pasó más de ocho horas trepado en un árbol intentando evitar su arresto por parte de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). El hombre, identificado como Raúl Ical, de 29 años y originario de Guatemala, permaneció en el árbol desde las 10:00 de la mañana hasta cerca de las 7:00 de la noche, cuando finalmente descendió y fue detenido por las autoridades correspondientes en Estados Unidos.
Durante ese tiempo, al menos seis oficiales, tres de ellos encapuchados, esperaban bajo el árbol para arrestarlo. Según medios locales, Raúl Ical ya había ingresado irregularmente a Estados Unidos en dos ocasiones anteriores, por lo que enfrenta cargos federales.
La tensión se prolongó hasta las 7:00 de la noche, cuando Ical finalmente descendió del árbol y fue arrestado por la migración. Su detención se dio en el contexto de un endurecimiento de las políticas migratorias bajo la administración de Donald Trump, quien ha prometido ejecutar la mayor campaña de deportaciones en la historia del país.
Vecinos apoyaban al migrante trepado en el árbol para que no se lo llevara el Servicio de Inmigración
Durante las horas que pasó en el árbol, Raúl Ical no estuvo solo. Vecinos del barrio, predominantemente latino, se acercaron para brindarle palabras de aliento. “Tienes derechos, no te bajes”, le gritaba Antonio Cruz, un residente de origen hondureño. Cruz, visiblemente afectado por la escena, compartió que ver a Ical en esa situación lo hizo reflexionar sobre la fragilidad de los derechos cuando se trata de inmigración.
Raúl Ical le dijo desde el árbol que trabajaba en la construcción y que iba camino a su empleo cuando notó que lo estaban persiguiendo. La escena, además de impactante, puso rostro a las estadísticas y mostró cómo la persecución migratoria afecta a personas comunes con vidas que intentan construir en silencio.
Aumentan las detenciones de migrantes en Estados Unidos
El gobierno ha presumido un incremento en los arrestos, pasando de 310 detenciones diarias en la administración anterior a más de 650, según datos del Migration Policy Institute. No obstante, ha encontrado trabas judiciales y logísticas: insuficiencia de personal, falta de infraestructura y críticas por errores en detenciones que han afectado incluso a ciudadanos estadounidenses y menores nacidos en el país.
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La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, fue clara en su postura: “Los que estén en el país de manera irregular serán deportados”. Aun así, casos como el de Ical generan preguntas sobre el alcance humano de estas políticas y hasta qué punto están dispuestas las autoridades a llevarlas.
Con información de El Universal