COZUMEL, MX.- Storylines, se convierte en la primera compañía de cruceros en vender sus vender sus “camarotes en condominio”, bajo el lema “My Home At Sea” (Mi casa en el mar).
El objetivo, es que las personas que adquieran un camarote, puedan viajar cuanto quieran y a donde deseen; pagado todo con anterioridad y disfrutándolo como si estuvieran en su casa, sin tener que pagar embarques, tasas portuarias o propinas, pues todo va incluido en el precio.
En febrero de 2020 comenzará a navegar
Storylines, define el concepto como: “Despertar a una nueva vista cada semana. Imagina estar en casa donde sea que vayas, porque tu hogar va contigo. Poseer un condominio de cabina a bordo de un barco bien equipado, deambular por el mundo y vivir la vida que siempre has soñado”.
El primero, de los dos barcos inicialmente proyectados y una flota mayor en el futuro, ofrece 450 cabinas en 5 rangos de precios, que van desde los 255 mil, hasta 1.4 millones de dólares, empezando su navegación en febrero de 2020.
Según señala Storylines, “nuestro viaje es diferente a cualquier otro”. El ritmo de los cruceros será relajado, viajando por todo el mundo con paradas planificadas cada dos semanas, lo que permitirá prolongar ciertas estadías en algún puerto o realizar visitas adicionales a lugares inesperados.
Cada viajero/propietario es libre de ir y venir. Quedarse a bordo o hacer excursiones en un puerto o tomar un descanso e incorporarse más tarde en otro lugar. Los puertos, entre cada dos semanas, serán elegidos por votación entre los cruceristas a través de una aplicación.
Para emprender el proyecto, la empresa invierte 40 millones de dólares para acondicionar el buque y que tendrá 178 metros de eslora y 25 metros de ancho; con una velocidad de 20.5 nudos, y un peso de 24 mil 080 toneladas.
La compra de uno de estos camarotes, incluye acceso al comedor principal que sirve desayuno, almuerzo y cena, estilo buffet o a la carta. Snacks disponibles todo el día y noche. Comedor en la cabina. Cocina completamente surtida. Barbacoa exterior, con comida proporcionada bajo petición con servicio de limpieza posterior. Microcervecería a bordo. Jardín hidropónico. Mientras se viaja, cambios en el menú para reflejar la cocina local, trayendo chefs invitados.
Además, contará con un salón con entretenimiento de primera clase. Animadores locales en los destinos visitados. Biblioteca. Películas. Clases y grupos de interés
ía de spa y salón de masaje, yate de apoyo, helicóptero privado, pequeños barcos para pesca y coche para excursiones en tierra.
También Wifi de alta velocidad en todo el barco, conexión vía satélite. Piscina y jacuzzi. Gimnasio y clases de yoga, Tai Chi y zumba. Ciclismo y segway en puertos.
Los camarotes, en cualquiera de los 5 niveles a escoger, tendrán baño completo, pisos de madera, alfombras y muebles de firmas de diseño, decoración moderna, uso eficiente del espacio, gran capacidad de almacenamiento y tecnología avanzada.
(Crucero Adicto)
Luis Alejandre, gerente general de la terminal, destacó también que el pasado jueves (cuando se emitió la alerta norteamericana), las operaciones y afluencia de pasaje fue superior a los días anteriores a la explosión registrada el 21 de febrero en la embarcación de Barcos Caribe.
En un recorrido por el muelle, se pudo apreciar que, desde las primeras horas, los turistas nacionales y extranjeros se desplazaban hacia la isla sin temor alguno.
Las salidas de las dos navieras que actualmente operan, se dieron de manera natural y, a decir de Luis Alejandre, “el día de ayer hasta tuvieron corridas extra para cubrir las rutas que quedaron de Barcos Caribe”.
“Tenemos operación normal, hemos estado trabajando normal; no pongo atención a noticias de medios que sólo quieren agitar”, añadió en alusión a las fake news que se filtraron por redes sociales y que provocaron la alerta del país vecino.
“Nosotros no somos como el gobierno de este tipo (Donald Trump), un presidente showman en la Casa Blanca, siempre ha sido figura más de popularidad y de show mediático, que presidente y líder mundial”, opinó con respecto al warning que emitió el Departamento de Estado.
El gerente de la terminal marítima observó además que los norteamericanos tampoco están creyendo mucho en las alertas pues “vimos el anterior warning para venir a Cancún y la reacción fue el alza de visitantes de Estados Unidos, la verdad es que una gran población de los Estados Unidos tampoco cree en estos cuentos”.
Los turistas disfrutaban la salida hacia la ínsula, sin dar señales de temor o siquiera preguntar a alguna autoridad si era seguro cruzar.
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“No se cae la actividad, al contrario, teníamos 3 navieras y hoy 2; y éstas aumentan sus rutas, como ayer; la verdad cada barco se lleva más pasajeros en promedio inclusive que antes del 21 de febrero. No hay cambios significativos, la verdad”, remató Luis Alejandre.
