Un reciente análisis basado en datos recopilados por el telescopio espacial James Webb (JWST) de la NASA ha dado un giro inesperado a nuestra comprensión del cosmos, sugiriendo que podríamos habitar dentro de un agujero negro. Este estudio, llevado a cabo por expertos de la Universidad Estatal de Kansas, en Estados Unidos, examinó el comportamiento de 263 galaxias y arrojó resultados sorprendentes.
Los investigadores descubrieron que la mayoría de estas galaxias parecen rotar en la misma dirección, un hallazgo que desafía la creencia previa de que el universo es isótropo, es decir, que debería mostrar un equilibrio entre galaxias girando en sentido horario y antihorario. Este fenómeno ha desconcertado a los científicos y ha reavivado teorías poco convencionales sobre la naturaleza del espacio.
Lior Shamir, profesor asociado de informática en la Universidad Estatal de Kansas y uno de los autores del estudio, explicó que aún no se comprende del todo qué provoca esta alineación en el giro de las galaxias. Sin embargo, destacó dos posibles interpretaciones que podrían cambiar nuestra visión del universo.
Una de las hipótesis más intrigantes es que el universo entero podría haberse originado con un movimiento giratorio, lo que encaja con la llamada cosmología de los agujeros negros. Según esta teoría, todo lo que conocemos, incluyendo la Vía Láctea y las galaxias visibles, estaría contenido dentro de un agujero negro formado en un universo superior de mayor escala.
Esta idea rompe con conceptos tradicionales, como la noción de que el Big Bang marcó el inicio absoluto del cosmos. En cambio, propone que nuestro universo es solo una parte de un sistema más complejo, donde los agujeros negros podrían actuar como portales o límites hacia otros universos, sugiriendo incluso la existencia de un multiverso.
Sin embargo, Shamir subrayó que estos hallazgos no son una confirmación definitiva de la teoría. Los datos obtenidos hasta ahora abren la puerta a nuevas preguntas, pero se requiere más investigación para validar estas ideas y entender sus implicaciones a fondo.
Otra posible explicación planteada por el equipo es que el movimiento de rotación de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, podría estar afectando las observaciones. Si este fuera el caso, sería necesario ajustar las mediciones de distancia utilizadas para estudiar el universo profundo, lo que podría resolver otros enigmas cosmológicos.
Por ejemplo, una recalibración de estas distancias podría esclarecer discrepancias en la velocidad de expansión del universo o la existencia de galaxias tan grandes y antiguas que parecen contradecir la edad estimada del cosmos según los modelos actuales.
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Los resultados de esta investigación han sido publicados en la prestigiosa revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, bajo el título The distribution of galaxy rotation in JWST Advanced Deep Extragalactic Survey (La distribución de la rotación de las galaxias en el estudio extragaláctico profundo avanzado del JWST).
Aunque el estudio no ofrece respuestas concluyentes, sí plantea un escenario fascinante que invita a replantear las bases de la cosmología moderna.
Con información de Independent en Español.