Los Diablos Rojos recibió a los Yankees de Nueva York en el nuevo césped natural del Estadio Harp Helú y lo hizo con victoria, con una actuación sublime de Robinson Canó, que le dio la victoria a los Pingos por pizarra de 4-3.
Los números llegaron gracias a Robinson Canó, primero con un cuadrangular en la cuarta baja, pegándole en la cara a la de 108 costuras, haciendo brincar y gritar al abarrotado recinto que era iluminado por el brillante y, no tan saludable, sol de la Ciudad de México.
Después fue el propio Canó quien encaminó la victoria escarlata, conectando su segundo hit en tres turnos en la sexta manga. Japhet Amador lo remolcó con rodado a tercera. Después, Aristides Aquino le hizo la segunda carrera de su labor a Jonathan Loaisiga en la misma entrada, remolcando a José Rodón.
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La cuenta la cerró el propio Canó, consumando un debut de 4-3, quedándose a un triple de pegar el ciclo, y remolcando a Juan Carlos ‘Haper’ Gamboa, capitán de los Pingos. La carrera fue a la cuenta del mexicano Víctor González, que lanzó un inning completo, donde permitió una carrera, dos hits y ponchó a un diablo.
El pitcheo de Diablos se fajó, y ante una novena con nombres como Anthony Volpe, Giancarlo Stanton, José Treviño u Oswaldo Carrera, logró mantener a raya los maderos neoyorquinos, que rompieron la blanqueada en la novena entrada y pusieron a temblar el Harp Helú.
Con información de: Medios