Buck Woodall, creador y guionista, presentó una demanda ante un tribunal federal en California el pasado viernes, asegurando que Disney utilizó elementos de un guion que él había desarrollado para una película llamada Bucky, que posteriormente se implementaron en “Moana“. Según sus declaraciones, varias ideas y conceptos clave de su obra fueron empleados sin su permiso en la popular saga animada.
La película original de Moana se estrenó en 2016 y relata las aventuras de una joven polinesia que se embarca en una travesía por el océano para salvar a su pueblo, para ello, debe reunir una reliquia mística con la diosa Te Fiti. Cuando una plaga azota su isla, Moana zarpa en busca de Maui, un semidiós legendario, con la esperanza de devolver la reliquia a Te Fiti.
Esta historia producida por Disney, logró una recaudación mundial de más de 680 millones de dólares y más de mil millones de horas de reproducción en Disney+, convirtiéndose en un éxito rotundo.
La continuación, Moana 2, lanzada recientemente, también ha alcanzado cifras impresionantes: 57,5 millones de dólares en su primer día y cerca de 990 millones a nivel global. La historia retoma el viaje de Moana y Maui después de una misteriosa llamada de los ancestros de la protagonista.
Woodall asegura que la exdirectora de desarrollo de Mandeville Films, Jenny Marchick, desempeñó un papel crucial en el supuesto plagio. Según la demanda, él le entregó un guion, un tráiler, diseños de personajes y otros materiales relacionados con Bucky desde 2003. Marchick, quien ahora es jefa de desarrollo en DreamWorks Animation, habría prometido ayudar a que el proyecto recibiera luz verde. Sin embargo, nunca lo contactaron.
El guionista alegó que los paralelismos entre Bucky y Moana son numerosos e innegables. Ambas historias se ambientan en aldeas polinesias y siguen las aventuras de jóvenes héroes que enfrentan retos oceánicos con la ayuda de figuras espirituales manifestadas en forma animal.
También menciona similitudes específicas, como la mascota de Moana, el encuentro con guerreros diminutos y una escena clave donde los personajes son arrastrados por un remolino hacia un portal mágico.
En su demanda, Woodall pide una compensación equivalente al 2.5 por ciento de las ganancias totales de la franquicia, cifra que alcanza los 10 mil millones de dólares, además de medidas que impidan futuras infracciones de sus derechos de autor.
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Disney, por su parte, ha negado rotundamente las acusaciones. En un comunicado previo, el director, Ron Clements declaró que nadie involucrado en la creación de Moana había tenido acceso a los materiales de Bucky. El estudio también presentó documentos que detallan el proceso creativo de la película, incluyendo investigaciones, bocetos y notas de producción, para respaldar su defensa.
Cabe destacar que, esta no es la primera vez que Woodall intenta llevar a Disney a los tribunales. Previamente, una demanda había sido desestimada por presentarse fuera del plazo legal permitido, pero el estreno de la secuela reavivó su caso; por lo que ahora exige justicia y obtener alguna compensación económica tras el éxito que ha tenido su presunta obra.
Con información de Independent en Español.