El cantante Robbie Williams confesó que padece síndrome de Tourette, un trastorno caracterizado por la presencia de tics motores y vocales.
La revelación se produjo durante el primer capítulo de la nueva temporada del pódcast “I’m ADHD”, conducido por Paul Whitehouse y la doctora Mine Conkbayir.
Allí, Robbie Williams explicó que durante años ha mantenido esta condición en privado, aunque resulta inevitable que los síntomas aparezcan tanto en su vida cotidiana como en escenarios públicos, especialmente en los conciertos.
“La gente dice: ‘Oh, ¿vas de gira? Debes estar muy, muy emocionado’. La verdad es que no. Estoy aterrorizado”, puntualizó Robbie Williams.
Además de este diagnóstico, el intérprete de ‘Rock DJ’ reveló que recientemente se sometió a una prueba de autismo, la cual dio resultado negativo, aunque mostró “rasgos autistas”.
En 2018 ya había manifestado dudas sobre estar dentro del espectro: “Puede que tenga Asperger o autismo. No sé en qué espectro me encuentro, pero sé que en alguno”, dijo Robbie Williams en una entrevista.
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Una de las características del Síndrome de Tourette es su heterogeneidad, existen diferentes niveles de presentación clínica: Tourette puro, Tourette completo y Tourette plus.
El Tourette puro se caracteriza por la presencia de tics motores y vocales que comienzan habitualmente en la infancia, entre los 7 y 10 años. Los más comunes incluyen parpadeo excesivo, encogimiento de hombros, sacudidas de la cabeza o gruñidos.
En los casos más complejos, –Tourette completo– los afectados pueden presentar ecolalia (repetición de palabras), coprolalia (uso involuntario de expresiones malsonantes) o movimientos llamativos como saltos, giros o la necesidad de tocar objetos y personas.
Existe un grado de síndrome, que es el que padece Robbie Williams, denominado Tourette plus, que presenta síntomas psíquicos, tales como la irritabilidad, la obsesión, la ansiedad, incluso automutilaciones o verdaderos trastornos de bipolaridad (depresión-exaltación). Las personas que lo padecen pueden ser anímicamente frágiles y estar expuestas a sufrir ludopatías o drogadicción.
Aunque el síndrome de Tourette no tiene cura, sí existen opciones para controlar los síntomas. La Clínica Mayo explica que el tratamiento depende de la gravedad de los tics y puede incluir fármacos que bloquean la dopamina, inyecciones de toxina botulínica o medicamentos utilizados en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Además, los especialistas recomiendan terapias conductuales para ayudar a los pacientes a manejar mejor los episodios. En muchos casos, si los tics son leves y no interfieren en la vida diaria, no se requiere tratamiento médico.
Con información de BBC.