De nueva cuenta, las vacunas contra Covid-19 son objeto de teorías de conspiración, pues ahora en redes sociales circulan videos de personas a quienes se les “pegan” imanes y otros metales en el brazo. Según estos, atribuyen este efecto a las vacunas contra Covid-19.
“Después de vacunarme las monedas se pegan a mi brazo como imanes hmm…”, dice el video de un usuario en TikTok.

“Aquí está el imán. Este es el brazo en el que me inyectaron Pfizer”, anota una mujer en Twitter.

Entre las teorías que más destacan se encuentran las que aseguran que las vacunas contienen metales pesados que provocan reacciones magnéticas y algunos otros aseguran que les han implantado un chip de Bill Gates. Sin embargo, la realidad es que todas estas afirmaciones son falsas.
Tras estos rumores, médicos y especialistas de todo el mundo se han encargado de desmentir que las vacunas provocan cargas magnéticas.
Vacunas contra Covid no atraen imanes
Las vacunas están compuestas por proteínas, ARNm, lípidos, cloruro de potasio, fosfato de potasio monobásico, cloruro de sodio, fosfato de sodio dibásico dihidrato y sacarosa.
Algunas vacunas contienen coadyuvantes para mejorar la respuesta inmunitaria a la vacuna, “bien sea reteniendo la vacuna en el lugar de la inyección durante algo más de tiempo, o mediante la estimulación de células inmunitarias locales”, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Dicho coadyuvante puede ser una “ínfima” cantidad de sales de aluminio, por ejemplo, fosfato de aluminio, hidróxido de aluminio o alumbre potásico. De hecho, “se ha demostrado que el aluminio (en cantidades seguras) no ocasiona ningún problema de salud a largo plazo.
Se necesita más metal para atraer un imán
Si bien algunas vacunas pueden contener cantidades pequeñas de aluminio, se necesitaría mucho más para provocar una reacción magnética. Al respecto, Bruce Y. Lee, experto en salud, escribe en Forbes que la dosis de Pfizer es de 0.3 mL.
“Incluso si todo el volumen inyectado estuviera lleno de un metal ferromagnético, probablemente no sería suficiente para convertir su brazo en magnético”, señala.
El metal se adhiere porque la piel es grasosa
Aunque los ingredientes de la vacuna no son magnéticos los imanes y monedas sí se pegan al brazo, ¿por qué?
De acuerdo con Eric Palm, especialista del Laboratorio Nacional de Alto Campo Magnético, asegura que una persona puede fácilmente pegar una moneda a su piel porque la superficie es grasosa y genera una tensión.
Además, “algunas de las personas en los videos pueden usar trucos, como adheribles a la piel o sustancias pegajosas que causan el ‘magnetismo’”, señala a la BBC
El cuerpo es sensible a campos magnéticos
Por otra parte, el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido remarca que la mayor parte del cuerpo humano está formado por moléculas de agua, que constan de átomos de hidrógeno y oxígeno.
“En el centro de cada átomo de hidrógeno hay una partícula aún más pequeña llamada protón. Los protones son como pequeños imanes y son muy sensibles a los campos magnéticos”, apuntan.
¿En conclusión?
Con base a las explicaciones de científicos y especialistas se puede concluir que este rumor es falso, las vacunas no provocan reacciones magnéticas, ya que para sostener un imán deberían tener un gramo de hierro metálico en el lugar de la inyección y es científicamente imposible, según lo explicado por el físico Michael Coey.
Otro punto interesante es que las personas no vacunadas también pueden pegarse monedas a la piel porque ésta es oleosa.
Y aunque el video sea compartido en redes sociales, no lo asumas como verdadero, pues no sabes que trucos o ediciones usaron para hacerlo pasar por real.