Japón revoluciona la industria de la salud gracias al desarrollo de la llamada “sangre universal”, un avance científico que hace que ésta sea compatible con cualquier grupo sanguíneo.
Tras años de investigación y experimentación, científicos de la Universidad Médica de Nara, lograron crear un tipo de sangre artificial llamada clínicamente “HbV” (vesícula de hemoglobina), misma que se produce a partir de sangre caducada. Ésta se conforma por hemoglobina microencapsulada en una membrana artificial sin antígenos, que replica la función principal de los glóbulos rojos; es decir, transporta oxígeno por el organismo. Al ser sintética elimina riesgos de rechazo y hace innecesaria la tipificación sanguínea en situaciones críticas.
Además, la sangre caducada evita tanto el desperdicio como la necesidad de refrigeración, obstáculos con los que actualmente lidian los bancos de sangre tradicionales al tener una vida útil de apenas 42 días.
Según se informó, esta sangre universal puede conservarse hasta dos años en temperatura ambiente y cinco en refrigeración.
Lo anterior, no solo posiciona a Japón como un referente en la innovación médica, sino demuestra el trabajo realizado durante décadas por parte del profesor Hiromi Sakai, líder del proyecto y una de las figuras clave en esta investigación.
De acuerdo con el medio especializado Med Edge, Sakai ha sido pionero en el diseño de vesículas de hemoglobina, pequeñas unidades capaces de transportar oxígeno en el organismo sin requerir compatibilidad entre grupos sanguíneos. Esto también elimina agentes infecciosos y se reutiliza sangre que antes se descartaba.
Al momento, la primera fase de experimentación con humanos ha resultado exitosa; por lo que se espera que pronto esta sangre artificial pueda aplicarse en entornos clínicos reales. Se pronostica que esté disponible para su uso médico hacia el año 2030.
Países como Reino Unido y Estados Unidos, también se encuentran investigando sangre sintética, aunque de momento la ventaja científica la lleva Japón, que ha logrado una producción a bajo costo, origen reciclado y mayor estabilidad.
La comunidad científica internacional observa con atención, ya que el éxito de este ensayo podría marcar el inicio de una transformación global en el manejo de transfusiones sanguíneas, acabando con la escasez y compatibilidad de sangre.
Crisis mundial en la disponibilidad de sangre
El sistema internacional de donación de sangre atraviesa una preocupante crisis silenciosa: la demanda supera con frecuencia la capacidad de suministro, lo que compromete desde cirugías programadas hasta la atención de urgencias médicas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que, de 175 países evaluados, 106 dependen de importar derivados sanguíneos, reflejando así la vulnerabilidad del abastecimiento global.
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En las naciones con altos ingresos, la mayoría de las unidades provienen de donantes voluntarios. Sin embargo, la disponibilidad varía significativamente según el tipo de sangre, con algunos grupos muy escasos. Además, la logística presenta retos importantes: la sangre debe mantenerse refrigerada en todo momento y tiene una vida útil de menos de seis semanas, lo que complica su transporte a zonas alejadas o en conflicto.
En los países con menos recursos, el panorama es más grave, pues menos del 40% de la sangre requerida se obtiene mediante donaciones locales, lo que los obliga a depender de importaciones que, en muchos casos, son inaccesibles por su elevado costo o por demoras en los tiempos de entrega. A esto se suma el riesgo sanitario del mal manejo de la sangre, ya sea por almacenamiento inadecuado o errores en la clasificación.
Con información de Excelsior e Infobae.