Uno de los delirios más conocidos y con más adeptos del mundo: el chocolate, ahora posee su propia fuente de 9 metros de altura en uno de los destinos que por mucho, es el paraíso de quienes amamos este delicioso manjar. 

Este ‘delicioso’ destino es el paraíso del chocolate y hace unos días, abrió un museo dedicado al chocolate, un santuario al que hay que entrar con respeto y fervor: el Lindt Home Museum.

Además su fuente de chocolate más grande del mundo que mide nueve metros de altura y de la que emanan mil 500 litros de cremoso chocolate. Esta escultura monumental cuenta con tres toneladas de peso.

Por su parte el museo de la famosa marca se inauguró hace unos cuantos días en la ciudad suiza de Kilchberg, a muy corta distancia de Zúrich.

Bueno, además de la fuente, de extasiarse con el aroma y sabor que inundan la plaza comercial, hay mucho más que ver y hacer. Desde los orígenes del cacao hasta el proceso de transformación, para convertirse en una dulce bebida o en una barra de chocolate amargo, semiamargo o blanco, y su legado cultural.

Incluso hay tours privados o en pequeños grupos para guardar el distanciamiento social, -por aquello de la pandemia- que te lleva virtualmente a los tiempos de Hernán Cortés, quien llevó los granos de cacao a Europa desde América y a Ghana, para observar el trabajo de los productores de cacao, entre otros pasajes más.

Y por si fuera poco, en el Lindt Home Museum se imparten cursos de 40 minutos para elaborar chocolates y se ofrecen degustaciones. Cuenta con espacio suficiente para un laboratorio de investigación, una zona abierta para observar la producción de chocolates y una tienda, que es la más grande de la compañía. Se nos olvidaba incluir la chocolatería-cafetería, la única en el mundo de la marca.

Cabe señalar que Suiza tiene una larga tradición en la elaboración de chocolate de altísima calidad donde comenzó la fabricación mecanizada en 1819, a cargo de François-Louis.