Un fenómeno atmosférico poco común fue fotografiado desde el espacio por la astronauta Nichole Ayers, quien logró captar una brillante luz roja que emergió sobre México y se extendió hacia la atmósfera. La impresionante imagen fue tomada desde la Estación Espacial Internacional (EEI) y ha generado asombro entre expertos y aficionados al estudio del cielo.
Se trata de un evento conocido como Sprite, también llamado “duende“, un tipo de descarga eléctrica que se produce a gran altitud, por encima de las tormentas, y que pertenece a los llamados Eventos Luminosos Transitorios (ELT). Estos destellos ocurren entre los 50 y 90 kilómetros de altura, y, aunque desde la superficie terrestre suelen pasar desapercibidos, desde el espacio se pueden apreciar en todo su esplendor.
Los Sprites han sido durante años objeto de curiosidad y misterio. Debido a su naturaleza efímera y su dificultad para ser observados, en el pasado incluso se creía que eran producto de leyendas o relatos exagerados. Sin embargo, con el avance de la tecnología y la observación espacial, su existencia ha quedado comprobada.
La propia NASA describe a estos destellos como relámpagos coloridos, breves y silenciosos que solo se manifiestan bajo condiciones atmosféricas muy específicas, lo que los hace difíciles de predecir y capturar.
Nichole Ayers, piloto de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y miembro de la Expedición 72 en la EEI, aprovechó la privilegiada vista orbital para fotografiar este fenómeno. Su participación en misiones de monitoreo y observación atmosférica permitió que este espectáculo natural fuera documentado.
La imagen se suma al proyecto “Spritacular”, una iniciativa impulsada por la NASA que busca recolectar registros gráficos de estos eventos para entender mejor su origen, su relación con las tormentas eléctricas y su impacto en la atmósfera terrestre.
En esta ocasión, el fenómeno Sprite se produjo sobre territorio mexicano, lo que ha despertado el interés de científicos y aficionados a la astronomía en el país. Aunque estos destellos no representan un riesgo para la población, su aparición confirma que las condiciones atmosféricas de ciertas regiones de México son propicias para su formación.
Además, investigadores mexicanos se han sumado al estudio de estos fenómenos. Zonas alejadas de la contaminación lumínica, como áreas rurales o montañosas, ofrecen oportunidades para intentar observarlos, aunque se requiere de equipos especializados y una buena dosis de fortuna.
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Mientras tanto, en la Estación Espacial Internacional, las labores científicas y logísticas continúan. Esta semana, la EEI recibió la nave de carga rusa Progress MS-31, que transportó más de 2.6 toneladas de suministros, incluyendo alimentos, agua y materiales para experimentos científicos.
A bordo de la EEI, junto a Ayers, trabajan astronautas de Estados Unidos, Rusia y Japón, quienes participan en proyectos de exploración, monitoreo del clima y experimentos en microgravedad. Gracias a estos esfuerzos internacionales, fenómenos como los Sprites pueden ser captados y analizados, revelando nuevos secretos de nuestro planeta.
Con información de W Radio México.