Autoridades ambientales y marítimas lograron un aseguramiento sin precedentes en el puerto de Ensenada, Baja California, al decomisar un cargamento de 2 mil 433.6 kilogramos de aletas de tiburón secas, el cual pretendía ser enviado de forma ilegal a Shanghai, China.
La operación fue encabezada por inspectores federales de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en coordinación con la Secretaría de Marina (Semar). El hallazgo ocurrió el 5 de junio en el Recinto Estratégico de la Aduana de Ensenada, donde se encontró un contenedor que transportaba 135 costales con aletas de diversas especies.
Durante una jornada de inspección de 24 horas, las aletas fueron vaciadas, separadas, pesadas e identificadas. Como resultado, se constató que más de mil 282 kilos correspondían a especies comerciales de tiburones y rayas. Además, se identificaron cantidades importantes de especies protegidas:
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Tiburón Toro (Carcharhinus leucas): 151.65 kg
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Tiburón Martillo Común (Sphyrna lewini): 317.38 kg
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Tiburón Sedoso o Piloto (Carcharhinus falciformis): 682.22 kg
Estas especies están incluidas en el Apéndice II de la CITES, lo que significa que su comercio internacional está regulado debido al riesgo que implica para su supervivencia.
Las aletas de tiburón encontradas son producto ilegal sin certificado y con ejemplares juveniles
Durante la inspección también se detectaron aletas de ejemplares juveniles y neonatos, lo cual representa una infracción a la Norma Oficial Mexicana NOM-029-PESC-2006, que prohíbe el “aleteo”, es decir, la práctica de capturar tiburones únicamente para extraer sus aletas.
Dado que el cargamento carecía del certificado CITES obligatorio para la exportación legal, Profepa procedió al aseguramiento precautorio del producto y solicitó su inmovilización inmediata a la Aduana, para evitar que el contenedor saliera del país mientras continúan las investigaciones.
El comercio ilegal de aletas de tiburón tiene un alto impacto ecológico, especialmente porque en muchas regiones del Pacífico mexicano como Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, los tiburones martillo y sedoso son capturados siendo aún juveniles.
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El valor del producto en el mercado asiático varía: mientras que las aletas secas de baja calidad se cotizan entre siete y ocho dólares por kilo, las de mejor calidad pueden alcanzar hasta 30 dólares. En términos de procesamiento, por cada 100 kilos de carne de tiburón se obtienen solo 5.3 kilos de aletas frescas, lo que refleja el desbalance ecológico generado por esta práctica.
Profepa continúa trabajando con las autoridades competentes para dar seguimiento legal al caso, y reiteró su compromiso con la protección de especies marinas y el cumplimiento de normativas nacionales e internacionales en materia ambiental.
Con información de Excélsior