La mandarina es el fruto de las diferentes especies de cítricos, entre otras Citrus reticulata, Citrus unshiu, Citrus × reshni, así como sus híbridos, incluyendo Citrus × tangerina, cuya taxonomía está discutida.

Como sea, se trata de las frutas consentidas de la temporada, un elemento clave de las tradicionales ofrendas en el Día de Muertos, costumbre que forma parte de la identidad cultural del país.

La mandarina es un cítrico agridulce que resulta ser un verdadero deleite para el paladar, que además está repleta de nutrientes y vitamina C, los que ayudan al organismo a prevenir muchas enfermedades, entre estas la diabetes.

En 2021, la producción en México superó las 238 mil toneladas, en donde los estados de Veracruz, Puebla y San Luis Potosí registran la mayor parte de la cosecha, de acuerdo con la revista El poder del consumidor.

Además de ser baja en calorías, es rica en fibra, calcio, potasio y vitaminas C, A, B1 y B2, y cuando se empieza a vender en los mercados, a finales de septiembre e inicios de octubre, se sabe que una de las temporadas más bonitas del año ha iniciado.

Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), entre los beneficios de la mandarina se pueden encontrar que ayuda a reducir los niveles de colesterol porque producen la sinefrina, que frena la producción en el cuerpo.

También previene la diabetes: los médicos han descubierto que el consumo de mandarinas baja el nivel de insulina, por lo que el azúcar no se almacena ni convierte en grasas, se transforma en energía que lleva a la pérdida de peso y ayuda al tratamiento de la enfermedad.

Las mandarinas tienen propiedades antimicrobianas que evitan que las heridas se infecten y evitan los virus, hongos e infecciones bacterianas.

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Además, es conocido que los cítricos son muy buenos para la piel y la mandarina no es la excepción, pues activan la regeneración de tejido. El aceite de esa fruta es útil en el crecimiento de nuevas células y tejidos, que ayuda en la curación de las heridas más rápido.