Un grupo de madres buscadoras en El Salto, Jalisco, ha destapado una escena de horror en una finca local. Durante la tarde del domingo 24 de marzo, las mujeres descubrieron dos hornos clandestinos que aún desprendían calor, una señal ominosa de su uso reciente. Dentro de la propiedad abandonada, se encontraron 30 bolsas de plástico con restos humanos y siete fosas clandestinas, un testimonio mudo de actos inhumanos.
Las madres, movidas por la desesperación y la esperanza de encontrar a sus seres queridos desaparecidos, se toparon con la finca tras una pista anónima. Lo que encontraron fue más allá de lo imaginable: hornos artesanales aún con restos de piel humana y montículos de huesos calcinados. La presencia de botellas de ácido industrial sugiere métodos atroces utilizados para ocultar los crímenes.
La Guardia Nacional ha tomado control de la finca, y mientras la identidad y el número total de víctimas permanecen desconocidos, las autoridades han comenzado una investigación exhaustiva. Las madres buscadoras, enfrentadas con una realidad que nadie debería presenciar, continúan su búsqueda incansable, llevando a la luz las sombras más oscuras de la sociedad.
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Este hallazgo subraya la valentía y la resiliencia de estas mujeres, que, en medio del dolor, siguen luchando por justicia y verdad. La comunidad espera ansiosa por respuestas mientras los expertos trabajan para dar nombre y dignidad a los restos encontrados.
Con información de Heraldo
