Esta mañana, en pleno centro de Lerdo, Durango, una joven de 19 años, identificada como Wendy Betzabet Rodríguez Moreno, dio a luz en el baño de un puesto de gorditas.
Una persona que desayunaba en el local llamó al 911 para alertar que una mujer estaba en plena labor de parto. Paramédicos de la Cruz Roja llegaron de inmediato al lugar —un concurrido puesto de gorditas ubicado entre las calles Aldama, Matamoros y Madero— y la auxiliaron con prontitud durante el parto. Además, hicieron el corte del cordón umbilical ahí mismo.
Al puesto de gorditas también acudieron bomberos y personal de Protección Civil de Lerdo para apoyar a la joven con el parto. Gracias a la rápida intervención, tanto Wendy Betzabet como su bebé fueron trasladados al Hospital General de Lerdo para recibir atención médica especializada.
Tanto la joven madre como el recién nacido fueron evaluados por los servicios ginecoobstetra y pediátrico, sin que al momento se reporten complicaciones graves.
OTROS CASOS SIMILARES EN MÉXICO
Aunque este evento fue sorprendente para quienes se encontraban en el puesto de gorditas, no es el único caso de partos inesperados en lugares públicos en el país.
Por ejemplo, en mayo de 2024, en Cancún, Quintana Roo, una mujer oriunda de Chiapas tuvo a su bebé en el sanitario de una gasolinera después de que un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) le negara atención porque “aún faltaba tiempo para dar a luz”. Aún así, el nacimiento fue sin complicaciones y ambos fueron trasladados al nosocomio para revisión.
En octubre del año pasado, una joven de 22 años dio a luz en plena calle, en Ocozocoautla, Chiapas, cuando se dirigía al hospital y no alcanzó a llegar. Ocurrió en el barrio Los Mangos, donde vecinos y hasta un médico que vivía cerca la auxiliaron a tiempo.
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En San Luis Potosí, en noviembre de 2024, también se reportó un parto en un baño del IMSS ante la falta de atención médica, y en Oaxaca han habido casos, incluso más dramáticos: mujeres indígenas han tenido a sus bebés en jardines, banquetas o frente a clínicas rurales tras ser rechazadas o ignoradas por el personal médico.
Estos eventos reflejan problemas profundos en el acceso a atención obstétrica digna y de emergencia. Según fuentes oficiales y organizaciones de derechos humanos, la violencia obstétrica y la falta de personal o infraestructura adecuada afectan a muchas mujeres en México, especialmente en zonas rurales e indígenas.