Alemania.- Hoy ha comenzado el juicio penal contra seis altos ejecutivos del fabricante alemán Heckler & Koch, acusados de vender armas a México.
Esto, es ilegal y viola las leyes alemanas de control de armamento de guerra, y la ley de exportaciones.
Los seis ejecutivos son acusados de vender misiles de fusiles tipo G-26 a México, sabiendo que irían a parar a regiones sin permiso de exportación por parte de las autoridades alemanas.
Además, están acusados de haber sobornado al general de división Humberto Alfonso Guillermo Aguilar, entonces director de la Dirección de Comercialización de Armamento y Municiones (DCAM) de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
Heckler & Koch, en la mira
Un activista armamentista de nombre Jürgen Grässlin, investigó los negocios turbios de Heckler & koch y los demandó en abril de 2010.
Posteriormente, recibió información de una fuente que viajó varias veces a México para entrenar a miembros de las fuerzas de seguridad, en el uso de los fusiles.
Luego de renunciar a su puesto por razones de conciencia, hoy es la principal fuente y testigo de las investigaciones de Grässlin, que prueban estas declaraciones.
Plantón en el tribunal
“El 15 de mayo comenzaremos un plantón ante el Tribunal de Stuttgart en donde mostraremos fotografías de las víctimas de los fusiles Heckler & Koch en México”, dijo Grässlin.
“Acompañaremos los 25 días que durará el proceso y publicaremos un protocolo que estará disponible en nuestra página en ocho idiomas. Los seis funcionarios de la empresa fabricante de armas deberán responder ante los jueces por las acusaciones de haberse comportado como una red criminal al exportar estas armas a México”, afirmó el galardonado con el Premio de la Paz de Aquisgrán en 2011.
Lo anterior, por su lucha contra la industria armamentista.
Las acusaciones
Heckler & Koch está siendo juzgado por vender 9 mil 472 fusiles tipo G-36 a México (de asalto, usados por el Ejército alemán), entre 2003 y 2011.
De esta cifra, casi 5 mil fueron a parar a los estados de Jalisco, Chiapas, Guerrero y Chihuahua.
Posteriormente, las autoridades alemanas vetaron la exportación a estas entidades, por violación a los derechos humanos.
El truco
Según las investigaciones de Grässlin, para evitar el veto, las armas fueron vendidas primero a la SEDENA, quien, a su vez, las distribuyó en estos cuatro estados.
“Según los documentos que tenemos, el general Humberto Aguilar en su calidad de director de DCAM pidió dinero por cada arma que vendía Heckler & Koch, 25 dólares por cada fusil tipo G-36 y 20 dólares por cada pistola”, expuso Grässlin.
Además, el negocio de venta de armas a México, comenzó un año antes del sexenio de Felipe Calderón a la presidencia, quien declararía la guerra contra el narcotráfico.
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Entre 2006 y 2007, por lo menos seis generales de la SEDENA sabían de este proceso de compra de armas, las cuales estaban valuadas en 13 millones de euros, según las investigaciones de Jürgen Grässlin.