Cuando un ser querido fallece, además del duelo, en México las familias deben enfrentarse a los costos de un funeral, que pueden variar considerablemente según la ubicación y los servicios que se elijan.
El Día de Muertos es sinónimo de fiesta, alegría y colores: la Catrina es un personaje emblemático, que tuvo el objetivo de dar el significado de “chispa” a la huesuda y no demostrarle miedo.
Sin embargo, cuando un ser querido pierde la vida, esa forma de “festejo” desaparece y se deben realizar trámites ante una infinidad de instancias para dar santa sepultura al difunto.
Por estas fechas, la Revista del Consumidor de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) expone una guía de los servicios funerarios disponibles en el país, y el proceso que se debe seguir para que tu familiar “descanse en paz”.
La dependencia compartió los costos de algunos servicios funerarios en el país: de los 42 mil 250 pesos en Tijuana, a cuatro mil 41 en Oaxaca. Se incluyen servicios como ataúd, capilla, misa y cafetería; además, carroza, equipo de velación, trámites y traslados del cuerpo.
En Cancún, citó un costo promedio de 23 mil pesos con servicio básico: ataúd, velación y traslado (no se incluye si se tiene tumba o no); en Campeche, oscila entre siete mil (ataúd de madera y servicio de carroza) y 38 mil 500 (ataúd gama media, velación y traslado).
En tanto, en Mérida, Yucatán, los servicios funerarios cuestan en promedio entre 20 mil y 55 mil pesos, dependiendo lo que incluyan. En la entidad hay planes prepagados que pueden variar de 10 mil a 15 mil, mediante pagos mensuales a la funeraria.
En el área metropolitana de la Ciudad de México, en promedio, el costo es de, mínimo, seis mil 335 pesos con ataúd metálico, económico, sala y equipo, y hay costos máximos, como un “paquete memorial” de 74 mil 711 pesos, que incluye ataúd, café y traslado.
En la Cdmx hay un programa en el que el gobierno capitalino apoya con costos accesibles para cremar o enterrar el cuerpo del ser querido. Se puede pedir la inhumación, exhumación, cremación, y depósito de cenizas de los fallecidos en los panteones.
La Profeco detalla que los servicios funerarios consisten en el manejo, tratamiento, acondicionamiento y traslado del cuerpo; se suma la adquisición de un ataúd, féretro y / o urna. Además, incluye traslado y recepción del cadáver, en casa o un velatorio.
Se suma la preparación del cadáver: cómo quieren que se peine, su arreglo y vestidura. El cuerpo podrá ser cremado o inhumado; es decir, enterrarlo en algún panteón o capilla; por ello, también incluye el uso de capillas y/o equipos de velación.
Más adelante, los servicios de gestoría para el traslado y disposición final del cuerpo; se suma la colocación de lápidas, monumentos y placas de identificación.
Además: ¡Sale más caro morirse durante la pandemia!
Hasta tener el certificado de defunción, Profeco recomienda ponerse en contacto con una funeraria. El documento debe ser expedido por personal de salud de alguna clínica pública o privada, y en él irán datos como causa de muerte, así como día y hora.