Las primeras previsiones para la próxima temporada de huracanes en el Atlántico sugieren que podría ser extrema, tal vez como nunca antes.
La Universidad Estatal de Colorado, destacado centro de previsión de huracanes y fenómenos meteorológicos tropicales, publicó este jueves sus predicciones para el año 2024: 11 huracanes, cinco de los cuales se espera que lleguen a ser de categoría 3, 4 o 5, lo que significa que tendrían vientos de al menos 178 km/h. En total, los investigadores prevén 23 tormentas con nombre para esta temporada.
“Se trata de la previsión más alta que hemos hecho para abril”, declaró Philip Klotzbach, meteorólogo del estado de Colorado y pronosticador de huracanes en el Atlántico, en un video informativo.
Una temporada promedio de huracanes en el Atlántico tiene 14 tormentas con nombre, siete huracanes y tres huracanes de mayor importancia (de categoría 3 o superior), según el Centro Nacional de Huracanes.
Las temperaturas oceánicas llevan un año batiendo récords, lo que aumenta la probabilidad de que se produzcan tormentas potentes y puede hacer que se intensifiquen con mayor rapidez.
Según esta predicción de Colorado, hay un 62% de probabilidades de que un huracán de gran intensidad azote la costa de Estados Unidos, lo que supone un 19% más que el valor de referencia. Sin embargo, esta previsión es de principios de año y se actualizará a lo largo de la temporada. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica aún no ha publicado las suyas.
Otros investigadores de huracanes indicaron que comparten la preocupación por una combinación de calor oceánico no natural y los efectos naturales de “La Niña”.
“Todas estas cosas están tirando en la misma dirección hacia lo que podría ser una temporada de huracanes hiperactiva en 2024, junto con huracanes extremadamente poderosos, por los cuales realmente tenemos que estar preocupados”, añadió John Morales, meteorólogo y especialista en huracanes de NBC 6 South Florida.
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Las temperaturas de la superficie del mar se han disparado en todo el mundo, estableciendo récords diarios durante más de un año. La tendencia ha desconcertado a los oceanógrafos, aunque es probable que se deba, en parte, al cambio climático.
Algunas de las mayores anomalías de temperatura se han observado en aguas de la costa occidental de África; los huracanes atlánticos que azotan la costa este de Estados Unidos suelen comenzar en dicha zona.
“El contenido de calor oceánico en el Atlántico oriental tropical está ahora tres meses por delante de lo normal”, escribió Brian McNoldy, investigador asociado de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y de la Tierra de la Universidad de Miami, en una publicación de X. En otras palabras, el calor oceánico allí hoy se parece al que típicamente habría en julio.
El calor oceánico es el combustible de las tormentas extremas. Puede aumentar el riesgo de intensificación rápida, cuando los vientos huracanados empeoran repentinamente al acercarse a la costa. En los últimos años, los científicos han observado un aumento de esta intensificación: El año pasado, el huracán Idalia pasó de categoría 1 a 4 en tan solo 24 horas.
Morales indicó que esta rápida intensificación es “uno de los mayores temores que, como pronosticador de huracanes, he tenido que interiorizar en los últimos 15, 20 años”.
“Uno de estos días, va a haber una tormenta tropical mundana, que 36 horas más tarde, tocará tierra en Miami (Florida) como un huracán de categoría 4”, avisó. “Y puede que la gente no se prepare como debería”.
(Con información de Telemundo)