Lo que debió ser un instante de alegría absoluta se convirtió en una experiencia de angustia y, finalmente, en un suspiro de alivio para Maira Suárez, de 18 años, y Brian Fuentes, de 19, los padres primerizos de Ángel. En cuestión de minutos, la joven pareja atravesó un torbellino de emociones, desde el milagro del nacimiento hasta la frialdad de una morgue, antes de hallar el consuelo en el abrazo protector de sus madres.
Bebé nace en el baño de un hospital en Argentina, se lo llevaron sin decir nada
Maira, con 28 semanas de gestación, acudió el martes a la guardia del Hospital Distrital Las Heras, en Santa Cruz, Argentina, debido a intensos dolores abdominales. Tras ser atendida, le recetaron paracetamol y un antiespasmódico antes de enviarla de regreso a casa. Sin embargo, el malestar no cesó y horas más tarde volvió al hospital en busca de ayuda. Mientras esperaba atención, sintió una sensación extraña y corrió al baño. Apenas cruzó la puerta, alrededor de las 22 horas, su hijo nació de manera inesperada.
“Ella decía que sentía al bebé venir, estaba sentada y con contracciones, así que llamé a los doctores”, relató Brian a los medios locales. “El bebé nació en la entrada del baño. Por suerte, no cayó al suelo porque lograron sostenerlo con un pañal de adultos, pero se lo llevaron sin decirnos nada”.
Dan muerto al bebé nacido, las abuelas lo rescatan con vida de la morgue
Los médicos asumieron que el recién nacido no había sobrevivido y planearon trasladarlo al Hospital Zonal Padre Pedro Tardivo, en Caleta Olivia. “Me informaron que debían llevarlo de urgencia y llamé a mi mamá para avisarle que viajábamos. Mientras lo subían a la ambulancia, le retiraron el oxígeno un instante y luego lo volvieron a colocar. Sin embargo, antes de que el vehículo pudiera salir del hospital, nos comunicaron que el bebé sufrió un paro cardiorrespiratorio y falleció”, explicó el joven padre.
Mientras tanto, Maira seguía en el hospital, recuperándose del parto. “Le estaban retirando la placenta cuando mi mamá llegó para apoyarnos”, contó Brian. Poco después, también arribó la familia materna desde Koluel Kayke, un pueblo cercano.
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Las abuelas, sumidas en el dolor, pidieron ver y despedirse del prematuro. Cuando llegaron a la morgue, su sorpresa fue mayúscula: el bebé respiraba. “Pidieron verlo y las llevaron a la morgue. Ahí se dieron cuenta de que Ángel estaba con vida. Alertaron al personal médico, que reaccionó de inmediato para estabilizarlo y brindarle atención de urgencia”.
El suceso conmocionó a la comunidad de Santa Cruz y a la propia familia, que decidió cambiar el nombre del pequeño a Ángel en honor a su milagroso destino. “Iba a llamarse Valentín, pero después de todo lo que pasó, elegimos Ángel porque es un verdadero ángel”, expresó su padre, profundamente emocionado.
Con información de La Vanguardia