Una mujer embarazada llegó a un hospital de Pakistán con un clavo de cinco centímetros incrustado en su frente.

Al parecer, la mujer se dejó convencer por un curandero que le aseguró que de esa forma tendría un hijo varón.

La embarazada recientemente se había enterado que tendría una cuarta hija y ante la amenaza de su esposo de abandonarla, si le daba otra niña, optó por creer en las prácticas del curandero.

Tras sentir un fuerte dolor, la mujer intentó quitarse el clavo ella misma pero fue en vano.

Cabe destacar que el desconocimiento, el estigma de la mujer en Pakistán y el miedo llevaron a la madre a estas circunstancias, aún cuando es el hombre quien determina el sexo del bebé en un embarazo.

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Finalmente la policía de Pakistán abrirá una investigación contra el curandero y el esposo de la mujer.

Con información de Heraldo

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