Se ha demostrado que más de 640.000 toneladas de aparejos de pesca se pierden o arrojan al mar cada año, lo que provoca contaminación y daños a las especies marinas.
En un nuevo informe de Greenpeace se ha encontrado que los equipos de pesca abandonados constituyen uno de las principales contaminantes plásticos en los mares y océanos de todo el mundo y ahondan en el peligro que estos representan para la vida marina.
La organización informa que 640.000 toneladas de aparejos de pesca, conformados por redes de pesca, jaulas y trampas para cangrejos, son las más frecuentes en perderse o ser arrojadas intencionalmente al mar por año, estimando una tasa promedio de un poco más de una tonelada por minuto.
A estos instrumentos se les ha denominado “equipos de pesca fantasma”.
Generan el mayor impacto ambiental
No solo representan el 10% de los desechos plásticos en los ecosistemas marinos a nivel mundial, en algunas áreas oceánicas constituyen el 85% de la basura en el fondo marino, los equipos de pesca fantasma tienen mayores impactos que otros desechos debido a su potencial para seguir atrapando especies marinas en las profundidades durante muchos meses más, años o incluso décadas hasta que se descomponen.
Estos equipos fantasma son “indiscriminados” con lo que pescan: desde pequeños peces y crustáceos, hasta tortugas en peligro de extinción, o grandes mamíferos como focas, delfines y ballenas, ocasionando heridas graves e incluso su muerte.
“(El equipo fantasma) es como un zombi en el agua. Nadie saca la captura, pero sigue pescando”, dice el biólogo marino Thilo Maack a AFP.
Desde la organización se propone tomar medidas locales y globales para combatir el problema. Se pide que el Tratado Global de los Océanos de la ONU proporcione un marco integral para la protección marina, que se represente con la creación de una red mundial de áreas protegidas (30% del océano) para el 2030.
Con información de RT