Este jueves 19 de junio, Israel ejecutó un ataque aéreo contra el reactor nuclear de agua pesada IR-40, ubicado cerca de la ciudad de Khondab, en la provincia de Markazí, a aproximadamente 250 kilómetros al suroeste de Teherán, Irán.
El bombardeo forma parte de la ofensiva denominada Operación León Creciente. Fue iniciada por Israel el 13 de junio con el objetivo de debilitar la infraestructura nuclear y militar de Irán.
Israel informó que su fuerza aérea atacó directamente el núcleo del reactor de Arak. Una instalación diseñada para producir plutonio como subproducto, material que puede ser empleado en la fabricación de armas nucleares.
🚨 Breaking: Israel Air Force released footage of attack on Arak nuclear reactor earlier today 👇
The reactor was intended for producing plutonium for nuclear weapons. It's now gone, and the world is a safer place, thanks to Israel 🇮🇱 pic.twitter.com/jf5cYvH2aa
— Dr. Eli David (@DrEliDavid) June 19, 2025
Aunque el reactor nunca estuvo operativo y no contenía combustible en el momento del ataque, Israel justificó la acción como una medida preventiva para impedir su posible reactivación futura.
Irán también reconoció el ataque y confirmó que al menos dos proyectiles impactaron el complejo. Las autoridades iraníes denunciaron el incidente ante la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), señalando que se trató de una violación al derecho universal, que prohíbe atacar instalaciones nucleares civiles. Sin embargo, no se entregaron detalles oficiales sobre la magnitud de los daños.
No se liberó material radiactivo tras el ataque de Israel al reactor de Arak
La AIEA, organismo dependiente de las Naciones Unidas, indicó que no se liberó material radiactivo como consecuencia del ataque, debido a que el reactor se encontraba inactivo.
El organismo recordó que las instalaciones nucleares, aunque estén fuera de operación, no deben ser consideradas objetivos militares bajo ninguna circunstancia.
El reactor de Arak ha sido motivo de preocupación internacional desde su construcción en los años 2000. Tras el acuerdo nuclear de 2015, Irán se comprometió a rediseñarlo y a verter concreto en parte del núcleo, pero el proceso no fue completado.
Posteriormente, en 2019, Irán reconoció haber adquirido piezas adicionales para restaurar partes del reactor.
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El ataque al reactor de Arak se suma a otros bombardeos realizados por Israel contra instalaciones en Natanz, Fordow e Isfahán, así como contra objetivos militares y dirigentes de la Guardia Revolucionaria iraní.
En respuesta, Irán lanzó misiles balísticos contra territorio israelí. Incluso uno de ellos impactó al hospital Soroka, en Beersheba.
Israel ha reiterado que continuará con sus operaciones militares para frenar cualquier avance del programa nuclear iraní.
La situación ha provocado reacciones de organismos internacionales que piden evitar una escalada mayor en la región.
Con información de AP