Durante su exploración por Marte, el rover Perseverance de la NASA recién identificó en el cráter Jezero, una roca de características peculiares que ha llamado la atención de la comunidad científica, pues no se parece en nada a lo visto con anterioridad. El hallazgo se produjo en una zona geológica clave para comprender la evolución del planeta rojo.
La extraña formación fue bautizada como Skull Hill y destaca porque no se asemeja a las rocas del entorno inmediato. En un inicio, los investigadores consideraron que podía tratarse de un meteorito, aunque los primeros análisis descartan esa posibilidad.
El descubrimiento ocurrió en el sector conocido como Port Anson, cerca de Witch Hazel Hill, un área donde desde la órbita ya se habían detectado contrastes entre materiales oscuros y claros. En el lugar aparecieron varias “rocas flotantes”, fragmentos transportados desde otros puntos de Marte.
Entre esas rocas, Skull Hill destacó por su tonalidad oscura y la presencia de cavidades en su superficie, rasgos que la diferencian de otras formaciones. Su singularidad impulsó a los científicos a estudiarla más a fondo con las herramientas del rover.
Los resultados obtenidos por el sistema SuperCam muestran que la composición de la roca no coincide con la de meteoritos, pues no contiene las concentraciones de hierro y níquel que suelen caracterizar a esos cuerpos.
En cambio, los investigadores consideran que podría tratarse de una roca ígnea, formada por el enfriamiento del magma y posteriormente transportada a esa región por procesos de erosión o impactos ocurridos en el pasado marciano.
““Esta roca contrasta con el entorno y podría darnos pistas sobre procesos geológicos remotos”, explicó Margaret Deahn, de la Universidad de Purdue. La investigadora destacó que los granos incrustados en la roca sugieren la presencia de minerales como olivino, piroxeno o anfíbol.
Según la NASA, este tipo de formaciones no solo ayudan a reconstruir la historia geológica de Marte, sino también a identificar similitudes con procesos ocurridos en la Tierra, lo que abre nuevas posibilidades para la investigación comparativa.
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Por ahora, el equipo científico seguirá estudiando Skull Hill junto con otras rocas atípicas halladas en la zona. Se espera que estas observaciones permitan entender cómo los volcanes y los impactos de meteoritos moldearon el paisaje marciano durante millones de años.
Con cada análisis, Perseverance suma datos que enriquecen el conocimiento sobre la evolución de Marte, acercando a los investigadores a responder la gran pregunta de si el planeta alguna vez albergó condiciones favorables para la vida.
Con información de Debate.