De acuerdo a datos a la bibliografía Global Issues de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la lucha contra el hambre retrocedió 15 años a nivel mundial, muy lejos de lograr el objetivo de mitigar el hambre, resguardar la seguridad alimentaria y la desnutrición.
Las obras de carácter científico que atañen a problemas y desafíos globales en el campo de las Ciencias Sociales ─desarrollo y combate a la pobreza, migración y medio ambiente, entre otros─, la lucha contra el hambre decreció de manera preocupante.
Derivada de problemas sociales, económicos y ambientales, la restricción alimentaria es muy preocupante para abastecer a las personas, y datos de la ONU exponen que, en 2023, casi 281 millones de personas padecieron hambre aguda.
El continente africano, el asiático y América Latina son los principales con la problemática del aumento de hambre entre sus habitantes. Por ejemplo, África muestra un incremento de afectación de 20 por ciento, Asia del ocho y Latinoamérica de un seis por ciento.
El acceso alimentario sigue siendo inalcanzable para millones de personas en el mundo, debido a que la situación económica ha conllevado a que sus habitantes no tienen una adecuada o, incluso, en lugares muy pobres se dificulta el abastecimiento de alimentos.
El dilema se está haciendo presente en todo el mundo, afectando más a países en guerra, con sobrepoblación y los que están en desarrollo, y lo sucedido con la pandemia afectó la lucha contra el hambre: hubo un desbalance alimenticio global.
Otro factor son los cambios climáticos extremos que pueden reducir o llegar a destruir los campos de cultivo dañando los suelos ─por eso ocurre el aumento de precios en los alimentos─, como la escasez de agua, que las estaciones del año ya no se están dando en su periodo, los incendios forestales masivos y climas extremos, entre otros.
Definitivamente, el calentamiento global está perjudicando la lucha contra el hambre, que retrocede porque los recursos naturales se están viendo afectados seriamente; también afectan igualmente la pobreza y la exclusión a la que se enfrentan algunas personas.
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La batalla contra la hambruna es de considerar, ya que tiene mayor consecuencia en las mujeres y niños, los sectores más perjudicados: sólo en 2023 se registró que había 36 millones de menores de cinco años seriamente desnutridos en 32 países, según datos de la ONU.