Estados Unidos ha desplegado el portaaviones USS Gerald R. Ford, el buque de guerra más grande y avanzado del mundo, junto a destructores clase Arleigh Burke como USS Bainbridge, USS Mahan y USS Winston Churchill, hacia el Caribe en respuesta a actividades de narcotráfico supuestamente ligadas al régimen de Nicolás Maduro.
Este grupo de ataque incluye más de cuatro mil marineros, capacidad para 90 aeronaves como F-35B Lightning II, AV-8B Harrier II, helicópteros MH-60 Sea Hawk y aviones P-8A Poseidon, además de drones MQ-9A Reaper. La maniobra eleva a unos 13 buques en total, con submarinos nucleares y 700 misiles, la mayor flota en la región desde la Guerra del Golfo.
El USS Gerald R. Ford partió del Mediterráneo, cruzó el estrecho de Gibraltar y se incorporó al Comando Sur (USSOUTHCOM), operando desde bases en Puerto Rico, Curazao y Trinidad y Tobago. Previamente, en agosto de 2025, se enviaron destructores USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson, sumando ocho buques para combatir organizaciones criminales transnacionales (TCOs).
El Pentágono justifica la operación como antidrogas, con destrucción de embarcaciones narco, aunque analistas ven presión estratégica sobre Nicolás Maduro, incluyendo operaciones encubiertas de la CIA ordenadas por el presidente Donald Trump. Expertos como Eric Hershberg destacan su llegada en una semana y posible impacto psicológico para fracturar el régimen chavista.
Respuesta de Venezuela
Venezuela activó una “movilización masiva” de fuerzas terrestres, aéreas, navales y 4,5 millones de milicianos, bajo órdenes de Nicolás Maduro y el ministro Vladimir Padrino López, con patrullas en el lago de Maracaibo. Nicolás Maduro califica el despliegue como “amenaza imperialista” y elevó alertas militares. Esta crisis, parte de tensiones desde agosto de 2025, incluye acusaciones mutuas de narcoterrorismo y violaciones a derechos humanos.
Te puede interesar: Anuncia Donald Trump cierre completo del espacio aéreo que rodea a Venezuela
Posiciones Políticas y Declaraciones
Donald Trump conversó con Nicolás Maduro pero ordenó el despliegue, citando inteligencia sobre envíos de cocaína desde puertos venezolanos a Estados Unidos, con apoyo de aliados como Colombia y Brasil para inteligencia compartida. Nicolás Maduro acusa a Washington de “guerra híbrida” y moviliza 4.5 millones de milicianos, mientras Padrino López realiza inspecciones en bases aéreas. Analistas destacan el impacto psicológico, similar a operaciones previas en Panamá, sin indicios de invasión terrestre.
La ONU urge desescalada, mientras Rusia y China condenan el “imperialismo yanqui” y ofrecen apoyo logístico a Caracas. Colombia refuerza fronteras ante flujos migratorios y riesgos de derrames narco, y la OTAN monitorea desde el Atlántico. Expertos estiman bajo riesgo de confrontación directa dada la inferioridad naval venezolana, pero advierten sobre incidentes aéreos o cibernéticos.
Con información de Infobae.
