Un día como hoy, sábado 16 de enero, pero de 2016, maquinaria de construcción entró al Malecón Tajamar de Cancún para destruir el manglar.
Como resultado, fueron destruidas 57 hectáreas de terreno, donde se exterminó casi el 100% de la flora y fauna de este manglar, considerado uno de los pulmones más grandes de Quintana Roo.
Crónica del ecocidio en el Malecón Tajamar
Por órdenes de Fonatur, organismo dependiente de la Secretaría de Turismo, más de 40 camiones y vehículos de carga pesada ingresaron a Tajamar la madrugada del 16 de enero del 2016, custodiados por la policía municipal de Benito Juárez, para arrasar con el manglar.
El despliegue fue acompañado de un dispositivo de seguridad en el que participaron miembros de la Policía Federal y policía antimotines, lo anterior para evitar que las personas pudieran expresar su desacuerdo o ingresaran al territorio devastado.
“Tajamar tiene una superficie de 46 hectáreas, su emplazamiento es relevante por su localización en la zona centro de la ciudad, así como la oportunidad de ofrecer un espacio público con frente de agua. Por el gran potencial escénico y ambiental del sitio, se plantea generar un conjunto de alta calidad para el soporte de nuevas actividades turísticas y urbanas; bajo un concepto de Centro urbano-turístico con capacidad para alojar servicios, equipamiento y comercio de alta calidad”, escribió Fonatur en un comunicado.
El entonces gobernador, Roberto Borge Angulo, dijo escuetamente que los trabajos se estaban realizando con estricto apego a la ley por acuerdo con la Semarnat, ya que biólogos de la dependencia aprobaron el proyecto y participaron en la recolocación de la fauna silvestre del lugar antes de comenzar el proceso de desmonte del manglar.
Organizaciones ambientalistas fueron creadas para defender la zona, como Salvemos Manglar Tajamar, a la cual se sumaron ONGs como Greenpeace México, Cemda Cancún, La Tierra nuestra Casa, Grupo Ecologista del Mayab y muchas más.
La gravedad
Un manglar representa uno de los ecosistemas más ricos y diversos que existen en el planeta, son bosques pantanosos en los que el agua dulce de los ríos se mezcla con el agua salada del mar.
Los manglares son barreras naturales de protección frente a fenómenos naturales como huracanes, tsunamis y corrientes marinas, por lo que su destrucción altera violentamente no sólo la vida dentro del manglar, sino todo el ciclo ambiental de la región.
Además, también son filtros biológicos que mejoran la calidad del agua; producen oxígeno, eliminan carbono, y albergan una enorme diversidad de animales.
Cronología de los hechos
– 2005: Imágenes satelitales tomadas en la zona dejan ver que en este año (cuando empezó la venta de terrenos) el Malecón Tajamar aún estaba completamente cubierto de mangles y humedales.
– Julio 2005: La Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat autoriza un proyecto de Fonatur para usar el territorio del manglar Tajamar en beneficio del comercio y el turismo.
El proyecto planeaba contar con cinco mil 96 unidades de alojamiento, entre viviendas y zonas comerciales, dos mil 607 viviendas residenciales, tendría infraestructura deportiva y cultural, una ciclopista, un embarcadero público y hasta una basílica.
– Febrero 2006: la Dirección General de Gestión Forestal y de Suelos de Semarnat otorga autorización para realizar el cambio de uso de suelo en terrenos forestales, con validez hasta el 2016.
Estas obras incluían la “remoción” de 49.10 hectáreas de vegetación hidrófila (manglar, sabana y graminoides), selva baja caducifolia y secundaria, con el fin de dotar a dicho espacio de servicios de electrificación, agua potable, sistemas de alcantarillado, pavimentación, jardinerías y banquetas, para concretar la construcción de diversos proyectos inmobiliarios para lo que fueron adquiridos por particulares esos predios.
En otras palabras, devastar el manglar para comenzar a crear proyectos inmobiliarios para su explotación turística y comercial.
– 1 de febrero de 2007: Entra en vigor la adición al Artículo 60 TER de la Ley General de Vida Silvestre, que prohíbe la remoción, relleno, transplante, poda o cualquier obra o actividad que afecte la integridad del flujo hidrológico del manglar. A pesar de ello, esta ley no puede aplicarse sobre permisos otorgados antes de su publicación.
– 14 de diciembre de 2015: Fonatur lanza un comunicado por medio de su página de Internet, en el que se habla del “gran potencial escénico y ambiental del sitio” para ser explotado como centro turístico y comercial.
– 16 de enero de 2016: El día “D”, en la madrugada es devastado el manglar. Ahí habitaban en ese momento, hasta 13 especies en peligro de extinción, sepultaron vivos a los cocodrilos al rellenar el manglar con piedras.
– 19 de enero de 2016: El entonces presidente municipal de Benito Juárez, Paul Carrillo, se deslinda de cualquier responsabilidad sobre la participación de las fuerzas públicas de seguridad en el ecocidio. Acusó al gobernador Roberto Borge y al presidente Enrique Peña Nieto como principales responsables.
– 20 de enero de 2016: Gerardo Vázquez Morales, Juez Segundo de Distrito, otorga una suspensión temporal de los trabajos de desmonte y relleno.
Salvemos Manglar Tajamar confirma el número de amparo: 86/2016.
– 22 de enero de 2016: Miembros del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) realizan una clausura simbólica, los activistas la rechazan.
– 29 de enero de 2016: Guillermo Haro, el entonces titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, dijo que la tala del manglar Tajamar no representó un “ecocidio” ni una “devastación”, debido a que esta zona no forma parte de la reserva natural de Nichupté, la cual está protegida por leyes nacionales e internacionales, y que flanquea a Tajamar por ambos costados.
Tajamar sí fue parte de la Zona de Preservación Ecológica de Cancún, incluyendo el Sistema Lagunar Nichupté, desde 1971 hasta 1994, cuando el gobierno de Mario Villanueva Madrid determinó que Tajamar debía ser separado de la zona protegida, aunque esto dividiera en dos la cubierta de manglares, para aplicar ahí una “política de Aprovechamiento”.
– Junio 2016: Profepa resuelve que la remoción de vegetación forestal en el proyecto Malecón Turístico Tajamar Cancún, ejecutada por el Fonatur se realizó al amparo de una autorización en materia de impacto ambiental vigente.
– Septiembre 2016: Con la llegada del actual gobernador del estado, Carlos Joaquín González, el mismo aseguró estar a favor de que Tajamar se declarara área protegida.
– Febrero 2017: Surgen las primeras imágenes del renacer de la flora en el lugar.
– Junio 2017: Tras meses de litigio, un tribunal ordenó la restitución del manglar, así como no emitir una nueva autorización para desarrollar el proyecto denominado Malecón Turístico Tajamar Cancún en la zona.
– Noviembre 2017: El Tribunal Tercero Colegiado sobreseyó el recurso de revisión del amparo otorgado para Tajamar, por lo que no podrá ser desarrollado en definitiva y le tocará a Fonatur convertirlo en un parque.
– Noviembre 2017: Profepa ordena multa por $1,056,860 pesos y clausura total definitiva al proyecto inmobiliario Ynfinity, así como la restauración inmediata de 14,160.86 metros cuadrados de un ecosistema costero. Este desarrollo estaba ubicado en las inmediaciones del Malecón Tajamar.
– Enero 2018: Algunos empresarios solicitaron recuperar el dinero de inversión por los lotes vendidos por parte de Fonatur en Malecón Tajamar.
– Octubre 2018: Miguel Alonso Reyes, director general del Fonatur en ese momento, delegó el problema de Tajamar a la entrante administración encabezada por Andrés Manuel López Obrador.
– Noviembre 2018: Se da conciliación entre el gobierno municipal de Benito Juárez, encabezado por Mara Lezama, y la activista líder de Salvemos Manglar Tajamar, Katherine Ender. Lo anterior, tras participar ambas en el evento “Limpieza de residuos sólidos urbanos en camellones de Tajamar”.
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–Diciembre 2018: Rogelio Jiménez Pons, nuevo titular de Fonatur consideró que aún hay opción para llegar a un arreglo, vía diálogo, respecto al Malecón Tajamar.
A tres años de este ecocidio, aún hay incertidumbre por lo que terminarán realizando en Tajamar. Esta zona sigue siendo un predio que se debate entre los intereses de inversionistas, y la lucha de la sociedad civil por conservar una de las últimas áreas verdes que le resta a Cancún.