Cancún.- De recibir a cerca de cuatro mil visitantes diariamente, ahora luce completamente desierto el popular “Mirador” de esta ciudad, junto a la playa Delfines, en el kilómetro 16.5 de la Zona Hotelera, al estar vedado el acceso por culpa de la pandemia por COVID-19.
La zona de estacionamiento y las entradas están acordonadas con cinta policíaca, para que no se entre a las playas, que han sido cerradas por decreto federal.
Además de las cintas, en mañana y tarde se cuenta con vigilancia policíaca, para que nadie ingrese a la playa, mucho menos a nadar.
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A pesar de la insistencia por todos los medios para que la gente quede en casa, los policías señalaron que a diario tienen que ahuyentar a personas que acuden a tomarse fotos en el parador turístico.
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