CANCÚN, 12 de julio de 2024.- El uso de plaguicidas como fipronil volvió a causar la muerte de millones de abejas, ahora en una comunicad del estado de Campeche; hace seis años, en agosto de 2018, un hecho similar mató a 17 millones de insectos en el ejido Candelaria, en el municipio quintanarroense de José María Morelos.
En enero de 2019, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación que “reconoce la violación a los derechos humanos a la alimentación, el agua salubre, a un medio ambiente sano y a la salud” en el caso de cinco ejidos morelenses.
“La postura de la CNDH sienta un precedente en materia de derechos humanos a favor de comunidades rurales, ejidales e indígenas de la península y el país”, dijeron hace seis años el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) y la cooperativa morelense de apicultores “U Lol Che” (flor de árbol en español).

El Colectivo de Comunidades Mayas de Los Chenes, de Campeche, denunció este viernes una emergencia apícola por el uso de plaguicidas, traduciéndose en una mortandad masiva de alrededor de 30 millones de abejas, “la mayoría con síntomas de intoxicación”.
Activistas del colectivo dieron a conocer que tras el paso del huracán Beryl visitaron 11 apiarios de la comunidad de Ich-Ek “confirmando la muerte de más de 248 colmenas, lo que representa la pérdida total del patrimonio de más de 40 años de trabajo de familias apicultoras.
Un estudio de la Universidad Queen Mary de Londres señala que una única colmena puede albergar entre 30 mil y 120 mil abejas, depende la temporada. En invierno, puede tener unas 20 mil, mientras que en primavera puede llegar a tener 60 mil himenópteros.

Es decir, en la comunidad Ich-Ek el uso de plaguicidas habría matado a entre 7.4 y 29.7 millones de insectos. Los apicultores hicieron un monitoreo de campo en los predios adyacentes a sus colmenas, identificando un polígono a una distancia de 1.5 a tres kilómetros.
En un terreno contiguo a los apiarios había 13 hectáreas de chile habanero, cultivo que es muy susceptible a las plagas y que requiere el uso de grandes cantidades de sustancias altamente tóxicas para las abejas y la biodiversidad.
En un estudio del Instituto Nacional de Equilibrio Ecológico y Cambio Climático (INEEC) en la región de Hopelchén, en marzo de 2023, se identificaron nueve de 13 plaguicidas: cuatro de toxicidad moderada (acetamiprid, cyprodinil, nicosulfuron, thiacloprid) e igual número de alta toxicidad (dimethoate, fipronil, imidacloprid, thiamethoxam).

El 56 por ciento de los sitios cerca de las colmenas contenían al menos un insecticida peligroso para las abejas, sugiriendo una relación con la muerte masiva. El hallazgo indica prácticas inadecuadas en el manejo de plaguicidas en la región, incluyendo mezclas que potencian su efecto nocivo
La vinculación de la muerte masiva de las abejas con fumigaciones agrícolas en la que está presente el fipronil en la región maya de Los Chenes, se suma a la larga lista documentada por apicultores, y que en este 2024 ya ocurrió dos veces: la primera en la comunidad de San Francisco Suc-Tuc y la segunda en Oxá, en marzo pasado.
Los apicultores afectados “exigimos respuesta urgente (…) así como la vinculación de los tres niveles y la reparación del daño con medidas preventivas para evitar que esos acontecimientos continúen no sólo en Los Chenes, sino en toda la península de Yucatán”, donde más de 25 mil colmeneros producen 22 mil toneladas de miel al año.
