Como “bochornoso” fue visto el papelón que hizo el empresario Carlos Mimenza Novelo, en la Ciudad de México, quien rentó un salón para convocar a una rueda de prensa, en la que desvarió por cerca de dos horas, lanzando una serie de fantásticas acusaciones sin sustento alguno, y sin que prácticamente nadie de los invitados decidiera publicar sus absurdas calumnias.
Comida y un show, eso fue lo que recibieron los periodistas de la capital del país que acudieron a este surreal evento, en donde con incredulidad escuchaban las locas aseveraciones de un hombre fuera de sus cabales, cuyo dinero lo ha rodeado de lacayos sumisos que en lugar de aconsejarle, alientan estos ridículos espectáculos.
La promesa hecha en la convocatoria a esta rueda de prensa era de supuestas pruebas de corrupción por parte del gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González. En lugar de eso, Carlos Mimenza parloteó sin parar, ante un auditorio casi vacío, hablando de narcovuelos, disputas de cárteles y la supuesta complicidad de las autoridades locales, todo sin ofrecer ni un atisbo de prueba.
Fiel a su soberbio estilo de querer ordenar hasta a la luna y las estrellas, Mimenza le lanzó un “ultimátum” al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para que en un plazo de 48 horas, destituya al secretario de Seguridad Pública de Quintana Roo, como si fuera su atribución, o como si fuera a enterarse de esta peculiar amenaza. En caso de no hacerlo, añadió, prometió una “guerra” en Quintana Roo a través de sus inexistentes “autodefensas”.
Para entonces, ya podía dudarse de la cordura del orador, pero Carlos Mimenza dejó a todos sin habla cuando invitó a sumarse a su campaña ¡a narcotraficantes!, quienes nutrirían a sus autodefensas. La increíble justificación es que éstos son “empresarios” y que quienes delinquen son el crimen organizado, los que efectúan secuestros y extorsiones; esto, en total ignorancia de que la mayoría de las ejecuciones en Quintana Roo son entre vendedores de droga, y que las extorsiones y secuestros son actividades adicionales que efectúan los brazos armados contratados por los narcotraficantes.
Como era de esperarse, ningún medio nacional de importancia publicó algo de este extraño “performance”, pues los estándares periodísticos no permiten difundir acusaciones sin fundamentos, ya que esto equivale a calumniar. Decepcionante debió haber sido para este empresario el comprar todos los periódicos y monitorear los medios electrónicos y no hallar nada de su malograda rueda de prensa.
Solo tres medios, de importancia menor, publicaron este evento. Un periodista no pudo dejar pasar esta ocasión tan original y sacó una crónica de lo ocurrido, con todo y una oferta por parte de Mimenza, el supuesto paladín anticorrupción, de brindarles “un apoyo” a los que publiquen algo favorable suyo.
Esto deja a dos portales que publicaron como hechos estas acusaciones sin fundamentos, uno de ellos dedicado a publicar un boletín de un gobierno estatal y poco más.