Playa del Carmen, Quintana Roo.-Mal augurio para los habitantes de Solidaridad suponen los lazos de amistad de la presidenta municipal, Laura Beristain Navarrete, con líderes gongoristas en el Sindicato de Taxistas y en TUCSA, pues queda claro que no se harán exigencias para mejorar el servicio de transporte, sino que imperará la tolerancia y la corrupción hacia estos camiones y vanes deficientes.
Ayer, la alcaldesa se reunió con directivos de la empresa Transportes Urbanos del Carmen S.A. de C.V. (Tucsa), liderados por el borgista Jacinto Aguilar Silvarán, presidente del consejo de administración de dicha compañía. Ella llegó en compañía del ex regidor gongorista Lucas Medinilla Ramírez, por ser el actual director de Transporte Municipal. Con ello, da muestra de una relación de compadrazgo para imponer a TUCSA, una empresa con deficiencias, en el Municipio.
“De piquete de ombligo” está Laura Beristain con borgistas y gongoristas
Pese a que TUCSA opera con unidades en deplorables condiciones, escasas y que ofrecen un servicio cuestionable, mediante una consulta pública “patito” a celebrarse el lunes, Laura Beristain excusaría la permanencia de dicha compañía.
Beristain Navarrete dijo que mantendría un trabajo coordinado “para beneficiar a los usuarios”, pese a que a quien ella designó para vigilar este rubro, como director de Transporte Municipal, es Lucas Medinilla Ramírez, miembro del Sindicato de Taxistas “Lázaro Cárdenas del Río”, lo que significa un claro conflicto de intereses en su actual posición.
Como muestra de este conflicto de intereses, Medinilla Ramírez, mientras estaba en la campaña electoral de Beristain, fue también uno de los promotores de los bloqueos de taxistas en contra de la Ley de Movilidad. Allí quedaron demostrados dónde están sus verdaderos intereses y cuán poco es su respeto hacia la ley.
Beristain fue compañera de Cabildo de Medinilla Ramirez, por ser él un regidor gongorista, de hecho, este “compadre” de la actual alcaldesa, fue uno de los que votó para aprobar la concesión de Aguakán, además de intentar endeudar al municipio.
Por su fuera poco, en noviembre de 2017, Lucas Medinilla Ramírez, recibió un ataque por parte de unos presuntos sicarios que balearon su negocio, lo que genera sospechas por sus posibles nexos con el crimen organziado, y el riesgo de que ahora pudiera infiltrarse hacia el Ayuntamiento, en vista de su actual puesto como director de Transporte Municipal no serían benéficas y son cuestionables al haber una posible infiltración del crimen organizado.
Entre cuates, se tolera la irregularidad
Cabe destacar que TUCSA opera en la irregularidad, al carecer de alguna concesión, situación que imposibilita al gobierno municipal a hacerle exigencias sobre su flota o rutas, más allá de los “acuerdos de caballeros” que la empresa decida honrar “de buena onda”.
Cuestionada al respecto, Laura Beristain Navarrete de inmediato se puso a defender a esta empresa a ultranza, al decir que la empresa tiene una “concesión moral, por ser la única que ha sacado adelante al municipio”, audaz aseveración que muestra lo lejos que está de exigirles un buen servicio. Así, prefiere callar sus deficiencias que no son la mejor carta ante los ciudadanos, que siempre han cuestionado la cerrada de puertas a otras compañías que sí son competitivas.
La situación se explica al ver la presencia en TUCSA de Jacinto Aguilar Silvarán, también integrante del Sindicato de Taxistas y quien fuera delegado de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra) en el gobierno de Roberto Borge (una vez más, un evidente conflicto de intereses). Además, estuvo fuertemente ligado con el ex edil, Mauricio Góngora, ya que su esposa fue beneficiada por contratos por más de dos millones de pesos que se presumieron eran falsos, parte del desfalco del ex edil, hoy tras las rejas.
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Con todo lo anterior destaca la llegada de gongoristas y borgistas que pululan en el actual gobierno, a quien se les abren las puertas y hasta ahora hay más de 10 de ellos en el gabinete de Laura Beristain, dejando incluso fuera a gente de Morena, partido que le valió la alcaldía, gracias al carisma de Andrés Manuel López Obrador.
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