La conocida grafóloga, Maryfer Centeno, que recién fue acusada por el influencer “Mr. Doctor” de ser una “charlatana” por asegurar que escribiendo con tinta azul se podía bajar de peso, y que estuvo envuelta en la polémica por realizar análisis de autógrafos de celebridades como Silvia Pinal para interpretar rasgos de personalidad, nuevamente se ha convertido en blanco de las críticas.
Esta vez fue una de sus colegas de nombre Vilma Naranjo, que reveló recientemente que las firmas de figuras públicas no se pueden analizar, pues están hechas para proyectar una imagen del personaje, y no de la persona que lo realiza.
Fue a través de una entrevista, que Naranjo compartió una experiencia personal que evidencia las limitaciones de analizar autógrafos. Según relató, un programa de televisión le pidió realizar perfiles psicológicos de famosos a partir de sus firmas. Sin embargo, su diagnóstico de un autógrafo de un reconocido actor no fue bien recibido por los productores, quienes no la volvieron a contactar.
La experta señaló que rechazó hacer interpretaciones profundas basadas únicamente en un autógrafo.
“Si tú me traes la rúbrica legal de este actor, yo te puedo hacer un perfil, pero si tú quieres que yo haga la rúbrica de un personaje, ese personaje no existe”, explicó Naranjo, explicando la diferencia entre una firma legal y un autógrafo preparado para el público.
De acuerdo con Vilma Naranjo, la distinción fundamental entre un autógrafo y una firma legal radica en que los autógrafos están diseñados para representar la imagen pública de una figura, mientras que las firmas legales, utilizadas en documentos oficiales, son las que realmente permiten identificar aspectos psicológicos o de personalidad.
Según la grafóloga, los autógrafos suelen estar estilizados para proyectar una marca personal o un personaje, lo que los convierte en herramientas inadecuadas para cualquier análisis profundo. Sugiriendo, que lo realizado por Maryfer Centeno hace unos días tras analizar la firma artística de Silvia Pinal, era un diagnóstico erróneo.
La declaración de Naranjo llega en un contexto donde el trabajo de Centeno ha sido objeto de críticas en redes sociales. Muchos usuarios consideran que analizar autógrafos con fines psicológicos podría ser poco ético o carecer de rigor profesional.
Para Naranjo, usar elementos comerciales como autógrafos para elaborar perfiles es una práctica cuestionable. “
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La persona, no firma con el autógrafo que tu puedes tener en una libreta, va a tener una firma legal, esa es la analizable, no la del personaje que estás creando”, enfatizó.
Tras las declaraciones de Naranjo, usuarios en plataformas digitales han retomado su postura como un argumento para cuestionar los análisis realizados por Maryfer Centeno y otros grafólogos. Algunos consideran que este tipo de estudios podrían estar más enfocados en el espectáculo que en una verdadera investigación profesional.