Un trabajador que se desempeñó por 33 años en un restaurante recibió una sorprendente indemnización luego de que fuera despedido por comerse una tostada. El hecho se hizo viral en las redes sociales, donde el afectado compartió su historia.
Según relató el trabajador, nunca tuvo problemas con sus empleadores hasta que un día decidió comerse una tostada en el lugar de trabajo. El dueño del restaurante lo acusó de cometer una falta grave y lo echó sin pagarle la liquidación que le correspondía por ley.
El trabajador no se quedó de brazos cruzados y demandó a la empresa ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje. Tras un proceso legal, se determinó que el restaurante debía pagarle $455 mil pesos por concepto de salarios caídos, liquidación, prestaciones no devengadas y proporcional de aguinaldo.
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El trabajador celebró el fallo a su favor y lo publicó en las redes sociales como un ejemplo de justicia para la clase trabajadora. No se sabe si el dueño del restaurante se arrepintió de haberlo despedido por comerse una tostada.
Con información de Excelsior