El perrito fue adoptado por una joven de 24 años y tras dos semanas en su casa se dieron cuenta de las malformaciones que tenía, por lo que ahora buscan recursos para pagar su tratamiento.
Yoselín Macías de 24 años va cada semana a la Plaza Zaragoza en Hermosillo, Sonora, a vender cupcakes para recaudar dinero que ayudará a pagar el costoso tratamiento de cáncer que necesita su perrito.
Max es un perro de apenas dos años raza husky que tiene varias malformaciones en su cuerpo y necesita ser sometido a quimioterapias, pero el costo está en 800 pesos por sesión aproximadamente.
La joven adoptó a Max luego de que el perrito fuera abandonado por su dueño anterior, un hombre que lo usaba en un criadero clandestino y se deshizo de él cuando comenzó a presentar síntomas de su enfermedad.
Luego de dos semanas de ser adoptado, las deformaciones en su cuerpo alertaron a la familia de una posible enfermedad y la joven recurrió a la venta de panecillos que espera puedan ayudar a cubrir tratamiento de su mascota.
Yoselín preparó 200 cupcakes y continuará cada semana para ayudar a su mascota y tratar sus bolitas de las que, hasta el momento, se desconoce si son cancerígenas o cuál es su procedencia.