Un moggy de tres colores, que se cree que es el gato más longevo del mundo, murió a la edad de 33 años.
Rosie, falleció en el pasillo de su casa en Norwich, Norfolk, Inglaterra, con su orgullosa propietaria Lila Brissett, de 73 años, a su lado.
Nacida en 1991, era la poseedora no oficial del título de “gato más viejo del mundo”, ya que la poseedora actual es una gata de 28 años llamada Flossie, nacida en 1995.
Brisset aseguró que el estado de su mascota se había deteriorado. “No estaba muy bien y un día simplemente caminó por el pasillo de la casa, se acostó y falleció”.
El felino, nacido en 1991, tuvo que abandonar su primer hogar después de que la familia con la que vivía descubriera que uno de los hijos tenía alergia a estos animales.
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Después fue entregada a un grupo de rescate de gatos y finalmente dada en adopción a Lila, una viuda amante de los animales quien previamente había rescatado un perro callejero y un gato maltratado.
Con información de The New York Post