Nina Munro, una madre de 41 años y funcionaria de Queensland, estuvo al borde de la muerte tras consumir cuatro litros de agua al día en un intento por aliviar los síntomas de un resfriado. Lo que parecía una medida saludable casi le cuesta la vida debido a una grave crisis de salud.
Munro, quien pensaba que mantenerse hidratada le ayudaría a combatir su enfermedad, terminó sufriendo una crisis de salud severa. Según reporta People, el consumo excesivo de agua, combinado con los medicamentos que estaba tomando, redujo peligrosamente sus niveles de sodio en el cuerpo, una condición conocida como hiponatremia.
El desbalance en su organismo llevó a Munro a sufrir una convulsión, lo que resultó en su ingreso de urgencia en cuidados intensivos. Pasó cinco días en el hospital mientras los médicos trabajaban para estabilizar sus niveles de sodio, que habían caído a 100 miliequivalentes por litro, muy por debajo del mínimo seguro de 135.
Munro había estado lidiando con varias enfermedades, incluyendo un resfriado, dolor de oído y neumonía, durante seis semanas antes de su hospitalización. Siguiendo el consejo de varios médicos, aumentó su ingesta de agua junto con una combinación de esteroides, antibióticos y otros medicamentos. Sin embargo, no estaba consciente de que beber demasiada agua podría desequilibrar los niveles de sodio en su cuerpo.
“Pensaba que era una persona súper sana”, comentó Munro. Los médicos le explicaron que la cantidad de agua que consumía, junto con los medicamentos, creó una “tormenta perfecta” que puso su vida en riesgo. Tras su recuperación, Munro ha cambiado su enfoque sobre la hidratación, aprendiendo a beber solo cuando tiene sed y a ser más consciente de la cantidad de agua que consume.
La hiponatremia es una condición médica que se produce cuando el nivel de sodio en la sangre es anormalmente bajo. El sodio es un electrolito crucial para mantener el equilibrio de líquidos dentro y fuera de las células del cuerpo. Este desequilibrio puede generar diversos síntomas y, en casos graves, puede poner en riesgo la vida.
Las causas de la hiponatremia incluyen la pérdida excesiva de líquidos, la ingesta excesiva de agua, enfermedades crónicas, el uso de diuréticos y el síndrome de secreción inadecuada de la hormona antidiurética (SIADH). Los síntomas pueden variar dependiendo de la rapidez con que se desarrolla la hiponatremia y la gravedad del déficit de sodio. Entre los síntomas más comunes se encuentran náuseas, vómitos, dolor de cabeza, fatiga, confusión, convulsiones y, en casos severos, coma.
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La historia de Nina Munro es un recordatorio de que incluso las prácticas saludables pueden tener consecuencias peligrosas si no se manejan adecuadamente. Es crucial ser consciente de la cantidad de agua que se consume y estar atento a los síntomas de desequilibrio electrolítico.
Con información de El Imparcial