En el puerto yucateco de Sisal, un perro fue “encarcelado” por autoridades locales luego de atacar a tres personas, incluyendo a un adulto mayor.
El comisario municipal, Joaquín Galaz, informó en sus redes sociales que el animal quedó bajo custodia para garantizar la seguridad de la comunidad, ya que sus dueños no mostraron interés en atender la situación.
Vecinos de la localidad comentaron que el perro llevaba varios días merodeando sin supervisión, lo que generó preocupación entre los habitantes.
Las personas afectadas recibieron atención médica inmediata en el centro de salud local y, afortunadamente, no presentaron complicaciones graves.
Joaquín Galaz señaló que la medida se tomó como precaución mientras se decide el futuro del lomito y se determina la mejor manera de manejar el caso.
Asimismo, se notificará a las autoridades de salud para descartar cualquier riesgo de rabia y garantizar la seguridad de la población.
En redes sociales, usuarios pidieron que el perro no sea llevado a la perrera municipal, pues temen que pueda ser sacrificado si no encuentra un hogar responsable; por lo que varias familias se ofrecieron a adoptarlo.
Organizaciones locales de protección animal solicitaron a las autoridades considerar alternativas al sacrificio, proponiendo esterilización y adopción responsable como soluciones para evitar la muerte del perro.
El caso continuará bajo seguimiento del gobierno municipal hasta definir la situación legal del can y determinar las acciones pertinentes para garantizar la seguridad y el bienestar del animal.
Cabe mencionar que esta no es la primera vez que “detienen” a una mascota. Situaciones similares han ocurrido en otros países, como por ejemplo en Mendoza, Argentina, donde un pato llamado “Juan” fue temporalmente removido de la vía pública tras picotear a un perro.
El caso se volvió tan viral que hasta un abogado salió a ofrecer sus servicios para poder devolver al pato con su dueña. Fue el jurista Óscar Mellado, especialista en legislación sobre derechos de los animales, quien tomó el caso y presentó una solicitud formal para que el ave pueda regresar a la florería donde vive con su dueña, Margarita Flores.
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Asimismo, vecinos se manifestaron contra la remoción de Juan, asegurando que no representaba ningún peligro. En respuesta, iniciaron una campaña en redes sociales que reunió más de siete mil firmas en apoyo al ave.
Aunque no se sabe con exactitud que pasó después con el pato “Juan”, las autoriades del medio ambiente señalaron que la vía pública no era un lugar adecuado para tener un ave; por lo que se presume fue separado de su dueña.
Con información de El Universal Online.
