La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) llevó a cabo el rescate de un aguililla caminera (Rupornis magnirostris), conocida en lengua maya como “chuuy”, tras ser víctima de un grave caso de crueldad animal.
La dependencia federal informó que la aguililla había sido capturada por un grupo de personas con una intención cruel: cortarle ambas alas. El objetivo de los agresores era impedirle volar, tratando de forzar al depredador a vivir en cautiverio, como si fuera un ave de corral.
Gracias a una denuncia ciudadana, el personal de PROFEPA acudió de inmediato al lugar para asegurar al ejemplar. Tras el rescate, el aguililla fue trasladada y puesta bajo el cuidado de veterinarios especializados. Esto fue necesario para recibir atención urgente y determinar el alcance de sus lesiones.

¿Qué hicieron con la aguililla?
Tras ser rescatada por la PROFEPA de un caso de crueldad animal, el aguililla caminera (“chuuy”) fue trasladada de urgencia a la Unidad de Manejo Proyecto Santa María. Esta es una organización especializada en el rescate y rehabilitación de aves silvestres ubicada en el municipio de Hunucmá, Yucatán.
Pierre Medina Arjona, director de la Unidad, expresó su profunda consternación por el maltrato. “Las personas que la capturaron pensaban domesticarla, lo cual es impensable ya que es un ave totalmente silvestre”, comentó. Lamentó la intención de someter a un ave de vida libre a un cautiverio forzado.
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El ave rapaz fue examinada por la médico veterinaria Malinali Joya Torres. La especialista confirmó que el ejemplar presentaba un cuadro de deshidratación y malas condiciones físicas generales. Este estado fue agravado por el daño severo provocado por el corte intencional de sus plumas de vuelo.
La doctora Torres explicó que el aguililla se enfrenta ahora a un arduo proceso de rehabilitación. Este proceso se extenderá por más de un año, ese es el tiempo estimado que el ave requerirá para realizar la muda completa de su plumaje y poder recuperar su capacidad de vuelo.
Por otra parte, Proyecto Santa María aprovechó la situación para hacer un enérgico llamado a las autoridades. La organización instó a endurecer las sanciones contra aquellos que incurran en la caza, captura, tráfico o comercio ilegal de fauna silvestre. Quieren evitar que actos de crueldad como este no queden impunes.
Este acto de mutilación no solo constituye un delito contra la fauna silvestre. Además, condena al ave a una muerte segura al impedirle cazar y defenderse.
Con información de: El Universal
