Casi una década después de que sus trasmisiones finalizaran Breaking Bad sigue siendo una de las series más populares del mercado, no solo en Estados Unidos, también en todo el mundo.

Las aventuras de Walter White y su discípulo Jesse Pinkman enamoraron el público de tal manera que todavía sigue sumamente presente en las preferencias del público. Ha sido tal el éxito que en 2015 se estrenó en Netflix la precuela de la serie, Better Call Saul.

Tanto Breaking Bad como su precuela fueron filmadas en Albuquerque, en el estado norteamericano de Nuevo México. La trama de la serie también se desarrolla en dicha ciudad.

Debido a lo anterior, las autoridades de la ciudad quisieron reconocer la contribución de la serie en el desarrollo económico de la misma, la afluencia turística que se disparó desde su emisión y el reflejo de una problemática cultural existente en Albuquerque.

Para lo anterior, en el centro de convenciones de Albuquerque, fueron instaladas y develadas dos estatuas de bronce con las figuras de los cocineros de metanfetaminas más famosos de la televisión.

Al evento de revelación de las esculturas asistieron el alcalde de la ciudad, Tim Keller, el autor de la serie y su precuel Vince Gilligan y por supuesto, los dos popularísimos actores que encarnaron a los personajes cuyas figuras fueron inmortalizadas en las esculturas, Bryan Cranston y Aaron Paul.

El director y creador reconoció que las estatuas de dos traficantes metanfetaminas no serían apreciadas por toda la población, sin importar que son figuras meramente ficticias.

“Con toda seriedad, sin duda algunas personas van a decir, ‘Guau, justo lo que nuestra ciudad necesitaba’. Y lo entiendo”, declaró.

“Veo a dos de los mejores actores que Estados Unidos ha producido jamás. Los veo, en carácter, como dos figuras trágicas más grandes que la vida, cuentos con moraleja”, puntualizó.

(Con información de Milenio)

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