Si eres de los que aman la privacidad en destinos maravillosos y aislados, lejos del ruido y el ajetreo de los sitios concurridos, aquí te dejamos un paraíso perdido en medio del mar donde hospedarte.
Se trata de Pater Noster, un faro en una islita árida que se encuentra en el punto más alejado Suecia continental. Junto a este se encuentran unas casitas que funcionan como hotel.
La isla se llama Hamneskär, un lugar inhabitable donde el faro que se mantiene en pie desde 1868 solo servía para orientar a los marineros que navegaban cerca de ahí. Sin embargo, los cuatro fareros que a lo largo del tiempo vigilaron la zona y le dieron mantenimiento al Pater Noster, construyeron aquí su hogar y habitaron la isla junto con sus familias.
De esta manera se formó esta pequeñísima comunidad alrededor de la torre metálica, la cual ha existido desde hace más de 100 años.
El nombre Pater Noster sígnifica “Padre Nuestro” en latín y lleva este nombre debido a que muchos marineros han rezado innumerables cantidades de padres nuestros antes de adentrarse en el mar por el temor a que las aguas furiosas de esta zona se los traguen.
El faro dejó de dar servicio en 1977 debido a su deterioro. Pero ya para el año 2007 fue rescatado y volvió a operar. Ahora es gestionado por la Agencia Sueca de la Propiedad y gracias a la cooperación de cinco inversionistas, se pudo restaurar la construcción, haciendo que en verano de este 2020 se convirtiera en un destino costero listo para alojarse.
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No cabe duda que Pater Noster es el lugar ideal para guardar el distanciamiento social, además de un alojamiento diferente para quien busca vivir experiencias fuera de lo común y alejarse de la humanidad, “muy apropiado” en tiempos de pandemia.
¡Vive una experiencias fuera de lo común!
Dispone de 8 habitaciones dobles y una suite, todas con camas DUX, cuenta con un restaurante, bar, comedor y decoración de lujo dentro de construcciones de madera cubiertas de papel tapiz.
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Al estar en medio del mar, no es de sorprender que el alimento principal de la carta sean mariscos, aunque también puedes encontrar una amplia selección de cocina sueca, vinos, repostería y café.
Las reservaciones para el próximo año ya están abiertas.
Recientemente abrieron una nueva casa, un espacio para grupos que deseen reservar, el cual tiene un costo de 3 mil 250 coronas suecas por persona, lo que es equivalente a los casi 7 mil 800 pesos.
Para hospedarse en este lugar de difícil acceso se puede llegar a través de una embarcación desde la isla Koön o desde la comunidad Rönnäng. El costo del transporte (ida o vuelta) es de 750 coronas suecas, lo que equivale a mil 800 pesos mexicanos.
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Sin duda uno de los destino más increíbles para los más aventureros y ‘ermitaños’. ¿Te gustaría hospedarte unos días aquí?
