Querétaro se revela como un destino que combina el encanto colonial con la modernidad de su creciente industria turística. Desde el Caribe Mexicano, a poco más de 2 horas de vuelo directo desde Cancún, hasta el altiplano central, es posible planear un fin de semana que permita vivir la riqueza de esta región, que hoy se ubica como la segunda zona vitivinícola más importante del país.
Con más de 500 hectáreas de vid sembradas, alrededor de 200 etiquetas de vino y un flujo anual que supera el millón de visitantes a viñedos y queserías.
Además, el estado cuenta con conexiones aéreas directas desde ciudades clave como Ciudad de México, Cancún y Guadalajara, facilitando la llegada de turistas de todo el país y del extranjero.
Entre los atractivos de la Ruta Arte, Queso y Vino, destaca el Viñedo La Terquedad, en Huimilpan.

Sus colinas y paisajes serenos invitan a disfrutar de catas de vino, como el rosado y el tinto de la marca Vino Terco, acompañados de platillos que fusionan tradición y modernidad.
La experiencia en este viñedo refleja cómo la vitivinicultura local contribuye a una derrama económica superior a los 4 mil millones de pesos anuales.
La tradición vitivinícola continúa en otros sitios como el Viñedo San Juanito, en Ezequiel Montes, donde las catas guiadas y los recorridos por las instalaciones de producción permiten conocer el liderazgo de Querétaro en la elaboración de vino espumoso con método tradicional, siendo el principal exportador nacional.
Ciudad patrimonial
Para quienes buscan explorar la historia y la vida urbana, la capital ofrece el Hotel Mirage como un punto estratégico. Desde aquí se puede recorrer el Centro Histórico de Santiago de Querétaro, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Entre calles empedradas y coloridas fachadas, sobresalen el templo de Santiago Apóstol, espacio religioso que se construyó en el siglo XVII por los jesuitas.
Por otro lado, los primeros cuadrantes de la ciudad albergan también sitios de algarabía y recreación, como Dodo Café, donde los cocteles exóticos son reconocidos a nivel nacional, así como tiendas de vinilos y bares que mantienen viva la vida bohemia de la ciudad.

En la capital, se ubica, además, el Querétaro Centro de Congresos, que se presenta como otra parada interesante, destacando por su bella arquitectura y su capacidad para albergar una gran diversidad de eventos.
Con 246 hoteles y más de 5 mil habitaciones en la ciudad, la infraestructura turística del estado ofrece un atractivo adicional para visitantes nacionales e internacionales.
Amealco
Entre haciendas y pueblos con encanto, Amealco de Bonfil, declarado Pueblo Mágico, localizado a 69 km de la ciudad de Querétaro, sorprende con su tradición artesanal, especialmente sus famosas muñecas.
Allí, el Hotel Hacienda La Muralla, con temática de la Revolución Mexicana, ofrece un espacio donde la historia y la hospitalidad se combinan, reforzando la estrategia estatal de reactivar hoteles históricos y consolidar a Querétaro como uno de los cinco destinos no playeros más visitados del país.
Otras recientes reaperturas de hospedaje incluyen el Hotel Hacienda Jalpan en la Sierra Gorda, el Hotel Hacienda Concá en Arroyo Seco y Casa Santa María en el centro de Amealco.
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Según la Secretaría de Turismo del estado, estas propiedades suman 282 habitaciones, generarán más de 58 mil turistas alojados al año y una derrama económica estimada en 175 millones de pesos, fortaleciendo la economía local y las cadenas de valor.
Así, entre viñedos, calles coloniales y haciendas históricas, Querétaro es un destino ideal para quienes buscan cultura, innovación, paisajes únicos y hospitalidad, en armonía con su rica herencia histórica.
Desde Quintana Roo, un vuelo de apenas un par de horas permite descubrir una región que promete experiencias inolvidables para todo tipo de viajero.