En el municipio de Chilón, Chiapas, las autoridades de Protección Civil y el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado Municipal (SAPAM), alertaron a la población por el presunto envenenamiento de agua, de manera preventiva, tras una denuncia en redes sociales.
Integrantes del Movimiento en Defensa del Agua (Modea) reportaron que los principales barrios afectados son San Antonio Centro, Juxala, San Juan y Centro de la cabecera municipal.
Modea denunció que el supuesto envenenamiento del agua podría ser con garrapaticida debido a las características que tiene el agua contaminada: blanquecina y consistencia lechosa.
Los denunciantes exigieron aplicar todo el peso de la ley contra quien o quienes resulten responsables del presunto envenenamiento del agua en la cabecera municipal de Chilón: “Parece que hay odio hacia nuestros hermanos y la cabecera (municipal)”, dijo la organización.
Personas desconocidas habrían envenenado el agua de uso doméstico en la cabecera municipal de Chilón, al parecer con un polvo blanco, por lo que autoridades llamaron a la población a no usarla para evitar daños a la salud.
El lunes, en conferencia conjunta, el director del Instituto Estatal del Agua (Inesa), Fernando Adolfo Zepeda Soto, y Limber García Zapata, de la Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios (Dipris), aclararon la situación sobre la contaminación de agua en Chilón.
Pese a que no se ha precisado qué sustancia es, ambos funcionarios coincidieron en que “no hay riesgos hasta ahora; se están haciendo pruebas en la zona afectada, que involucra a más de 300 habitantes”.
El director del Inesa afirmó que hay un contaminante que aún no han podido identificar, pero que han percibido un olor fétido en el agua, así como un aspecto blanquecino con el olor característico a alguna sustancia química.
“Se abrió una carpeta de investigación. Se actuó de inmediato, pero pudo haber habido algún riesgo. Estoy en contacto con el secretario de Salud, doctor (Francisco Arturo) Mariscal (Ochoa), quien afirma que no hay ninguna afectación”, dijo el director del Inesa.
Por su parte, y para contener riesgos, el SAPAM optó por cerrar las válvulas de los barrios afectados, medida que permitió la interrupción temporal del suministro mientras se evaluaban las condiciones.
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La zona de afectación se localizó en un tramo subterráneo de casi 600 metros de longitud, que inicia en la avenida Miguel Hidalgo y se extiende hasta la Escuela Secundaria Técnica Número 23.