Fundó una empresa y a menos de un mes de creada empezó a recibir contratos de la 4T. ¿Milagro, coincidencia, mucha suerte o hay algo más detrás? Es la historia de una empresa más que se ha visto beneficiada con contratos de este gobierno.

Esta es la historia de la empresa Interactiva en Tecnología y Automatización S.A. de C.V. (ITASA), fundada por un joven de 22 años que salió de Tepetongo, Zacatecas y que se instaló en un coworking en la colonia Polanco de la Ciudad de México, donde rápidamente fue hallado por los contratistas del gobierno federal.

Esta empresa se dio de alta en diciembre de 2018, en la segunda semana del gobierno de la 4T. Y apenas unas semanas después, el 2 de febrero de 2019 ya había amarrado un primer contrato para la operación de terminales de carros equipajeros en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). ¿Mucha suerte?

Pero no se quedaron ahí; la compañía diversificó rápidamente sus ramas de actividad y su cartera de clientes. Ofrecía venta de cursos, mantenimiento, comercialización de lámparas, las que vende al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al Instituto Politécnico Nacional (IPN). Por alguna razón se hicieron muy queridos por el gobierno de la 4T, que les siguió dando contratos.

El responsable detrás del éxito de ITASA es Juventino Montes Murillo, quien se ha vuelto un contratista del gobierno de la 4T.

EL ÉXITO DEL FUNDADOR

En diciembre de 2018, cuando el gobierno de AMLO y la 4T comenzaba, Juventino Montes Murillo tenía un mes de haber cumplido 22 años.

No existen antecedentes escolares disponibles de Juventino, ni referencia que documente experiencia de este emprendedor en el negocio de la logística aeroportuaria ni tampoco en otros rubros. Pero un punto resalta en la historia de Juventino: su hermana, Blanca Montes Murillo, trabajaba como auditora del AICM.

Consiguió un socio y fundó una empresa que tiene por ebjeto social: Comercialización de medicamentos, complementos alimenticios, maquinaria, equipo en general de todo tipo de productos y mercancías; adquisición de títulos de patentes, marcas industriales, nombres comerciales, opciones y preferencias, derechos de propiedad literaria, industrial, artística o concesiones de alguna autoridad; constitución, edificación, urbanización, rehabilitación, planeación, programación, proyección conservación y mantenimiento de todo tipo de obras de ingeniería y arquitectura ya sean de carácter público y /o privado; comercialización de equipo de control y acceso, seguridad y monitoreo para el control de estacionamiento en la vía pública y privada tales como parquímetros o estacionamientos, carros equipajeros, sistemas de monitoreo de tránsito vehicular; realización de eventos corporativos, entre otros.

Todas estas actividades se le ofrecen al gobierno de la 4T, que los ha aceptado como parte de sus contratistas, aún sin experiencia.

Como no tenían oficina arrancaron actividades en un cubículo de un establecimiento de coworking, una de esas oficinas compartidas donde se paga por el uso de un “espacio” y de la señal de internet en el número 316 de Eugenio Sue, en Polanco, donde los usuarios pueden acceder a un espacio 30 horas mensuales por menos de 3 mil pesos. Eligieron el cubículo 4709 y se instalaron.

PRIMER CONTRATO

Este dato es de los que más llama la atención en la historia de este contratista de la 4T: su primer contrato (código 2010446) le fue asignado a la empresa de Juventino por adjudicación directa, suscrito con una vigencia de un mes, del primero de febrero al 31 de marzo de 2019, por un monto de 413 mil pesos, por el “servicio de operación de estaciones de carros equipajeros en la Terminal 2 del Aeropuerto de la Ciudad de México”. Sí, donde trabajaba la hermana.

Pero además, según el expediente de Compranet, la publicación para participar en la contratación se difundió hasta el 27 de febrero. Es decir, 25 días después de iniciada la vigencia del contrato. La responsable del convenio, por parte del AICM, fue Sandra Muñoz Marcial.

O sea, primero le dieron el contrato a Juventino y después salió la publicación para participar en el concurso. Qué curioso, por no decir sospechoso.

Pero además fue unas cuantas semanas después de creada la empresa. En apenas unos díoas consiguió el contrato. ¿Cómo le hizo? ¿Mucha suerte?

El segundo contrato se le otorgó a la empresa 37 días después de concluida la vigencia del primero, para los mismos fines. Derivó de un procedimiento de “Invitación a tres personas” (IA-009KDN001_E46-2019), al que fue convocada la compañía del joven empresario de Zacatecas desde el 22 de abril, según consta en el documento relativo.

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Ya para 2021 consiguió tres contratos con el IMSS.

Y hasta la fecha Juventino y su socio Jair han conseguido ocho contratos de tres instituciones, con valor global de 3 millones 604 mil pesos con 66 centavos. Considerando el IVA, han cobrado al gobierno unos 4 millones 180 mil 645 pesos con 40 centavos. Nada mal para dos jóvenes construyendo su futuro gracias a la 4T. ¿No? ¡Vaya suerte de éxito!

Con información e imágenes de Eme Equis.

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