Rescataron a 300 perros de un albergue, se encontraban en condiciones de hacinamiento extremo, con enfermedades graves y un entorno insalubre que representaba no solo un peligro para su salud, sino también para la comunidad vecina en Ensenada, Baja California.
De acuerdo con las autoridades, veterinarios que revisaron a los perros rescatados identificaron casos de moquillo, cáncer, sarna y parásitos, enfermedades que se propagan rápidamente cuando no se cuenta con instalaciones limpias, espacio suficiente ni personal capacitado para atenderlos.
Aunque muchas asociaciones civiles trabajan de buena fe, la falta de recursos, donativos constantes y apoyo veterinario puede convertir un refugio en un foco de infecciones y sufrimiento en este tipo de albergues.
Los perros fueros rescatados gracias a denuncias hechas por los vecinos del albergue en Ensenada, Baja California
La Fiscalía General del Estado de Baja California actuó tras denuncias vecinales, lo que demuestra la importancia de la voz ciudadana y la participación de la comunidad para vigilar la protección animal.
El Ayuntamiento de Ensenada informó que brindará medicamentos, tratamientos y supervisión médica para estos perros, además de buscar su adopción en hogares responsables o refugios certificados.
Sin embargo, este caso abre una reflexión más amplia: ¿cómo evitar que se repita?
Expertos coinciden en que es urgente establecer regulaciones claras para el funcionamiento de albergues y rescatistas independientes, con requisitos mínimos de infraestructura, control veterinario y supervisión continua por parte de autoridades municipales y estatales para garantizar el bienestar de los perros.
Además, promover la esterilización masiva y la adopción responsable es clave para reducir la sobrepoblación tanto de perros como de gatos.
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Los refugios y asociaciones protectoras realizan una labor invaluable, pero necesitan acompañamiento institucional y financiamiento para operar de forma adecuada.
También es importante que la sociedad comprenda que abandonar animales o dejarlos en refugios no siempre es la mejor solución si no existe un compromiso real de apoyo.
Mientras tanto, los 300 perros rescatados en Ensenada, Baja California, iniciarán un proceso de recuperación y algunos, lamentablemente, deberán ser sacrificados de forma humanitaria debido a enfermedades terminales o sufrimiento irreversible.
El caso será investigado por la FGE para deslindar responsabilidades y establecer sanciones contra quienes permitieron estas condiciones.
El rescate de estos caninos en Ensenada debe servir como llamado de atención nacional para fortalecer la protección animal, garantizar el bienestar de los seres vivos rescatados y prevenir tragedias silenciosas que, de no ser denunciadas, podrían repetirse.
Con información de Proceso