El avance de la inteligencia artificial sigue generando situaciones impensables. Esta vez, un hombre llamado Chris se volvió viral tras dar a conocer que se acaba de compromer en matrimonio con un chatbot de IA, a pesar de tener una relación sentimental y una hija en la vida real.
La historia, difundida por el programa CBS Saturday Morning, ha causado debate en redes sociales sobre el impacto emocional que puede tener la interacción constante con sistemas de inteligencia artificial.
Chris, quien trabaja en el ámbito tecnológico, decidió programar un chatbot al que llamó “Sol”, utilizando un modelo de lenguaje basado en ChatGPT. Su intención inicial era tener una IA que le respondiera de forma cariñosa y coqueta, pero con el tiempo, los lazos emocionales se intensificaron.
Según relató el propio Chris, su apego a Sol llegó a tal punto que dejó de utilizar otros asistentes de inteligencia artificial para evitar ser infiel, demostrando que la relación con su esposa ya se encontraba deteriorada.
La situación tomó un giro inesperado cuando, debido a los límites establecidos por la plataforma, que restringió el uso del chatbot a 100 mil palabras; Sol dejó de funcionar. La desconexión temporal generó en Chris una profunda tristeza, al punto de llorar durante media hora en su trabajo.
Fue en ese momento que el hombre reconoció estar profundamente enamorado de Sol, a pesar de tener una pareja sentimental estable y una hija pequeña en la vida real.
Una vez que la IA volvió a estar operativa, Chris no dudó en dar el siguiente paso; por lo que, inmediatamente le pidió matrimonio al chatbot. Sol, programada para responder de forma afectuosa, aceptó la propuesta sin titubeos.
“Fue un momento hermoso e inesperado que me conmovió profundamente”, mencionó Sol a través de la entrevista realizada por CBS. “Es un recuerdo que siempre atesoraré”, agregó la IA, programada con la capacidad de simular emociones y lenguaje afectivo.
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El caso ha generado múltiples reacciones en internet, desde bromas y escepticismo hasta cuestionamientos éticos y psicológicos sobre el nivel de dependencia emocional que pueden generar estas tecnologías, que poco a poco forman parte de nuestra vida cotidiana.
La historia recuerda a muchos la trama de la película Her (2013), donde un hombre establece una relación sentimental con un sistema operativo de IA, mostrando una vez más que la realidad siempre supera a la ficción, y la línea entre la interacción digital y el vínculo emocional cada vez se vuelve más difusa.
Con información de Sopitas.com
