O.J. Simpson, el exjugador de futbol americano que acaparó la atención mundial por el juicio por el asesinato de su exesposa, Nicole Brown Simpson, y su amigo Ron Goldman, falleció este miércoles en Las Vegas a los 76 años, víctima de un cáncer, según informó su familia este jueves.
Simpson, conocido por su apodo “The Juice”, brilló en la NFL como running back de los Buffalo Bills, dejando una huella imborrable en la historia del deporte. En 1968, ganó el prestigioso Trofeo Heisman como mejor jugador universitario con los Southern California Trojans, y posteriormente firmó con los Bills, donde cosechó una carrera estelar.
Sin embargo, su fama se vio empañada en 1994 cuando fue acusado del asesinato de Brown Simpson y Goldman. El mediático juicio, conocido como “el juicio del siglo”, capturó la atención global y culminó con la absolución de Simpson por parte del jurado.
Años más tarde, en 2007, Simpson fue condenado por robo a mano armada y secuestro, lo que le llevó a pasar nueve años en prisión. Finalmente, recuperó la libertad en 2017.
Más allá de su talento en el campo de juego, la vida de O.J. Simpson estuvo marcada por la controversia y el escándalo. El brutal asesinato de su exesposa y su amigo, junto con su posterior absolución y condena por robo, lo convirtieron en una figura polarizante en la sociedad estadounidense.
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A pesar de la controversia, Simpson deja un legado innegable en el futbol americano. Su habilidad y logros deportivos lo ubican como uno de los mejores jugadores de la historia, un ícono que marcó una época en la NFL.
Paz a su alma.
Con información de Marca