Cancún.- Esta tarde hizo su arribo a esta ciudad Álvaro de Marichalar Sáenz, quien hace seis meses zarpó desde su natal España en una moto acuática, con la que espera dar la vuelta al mundo, para marcar los 500 años desde que Fernando de Magallanes y Sebastián “El Cano” realizaran esta hazaña.
El intrépido aventurero ingresó esta tarde a la marina de Puerto Cancún, recibiendo aplausos de la comitiva que ya lo aguardaba, incluida la encargada de despacho del Ayuntamiento de Benito Juárez, Lourdes Cardona Musa, al igual que integrantes de la Asociación de Náuticos de Quintana Roo.
El difícil viaje de Álvaro de Marichalar ha sido realizado siguiendo la línea de costa del Mediterráneo, para luego cruzar el Atlántico y finalmente bordear todo el Golfo de México hasta llegar a este punto.
Desde el Caribe mexicano, continuará hacia Centroamérica, para cruzar el Canal de Panamá y de ahí recorrer la costa pacífica del continente hasta Alaska. Desde allí continuaría a Asia, en el siguiente tramo de su travesía.
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En rueda de prensa, el deportista y activista español señaló que desde La Habana fácilmente pudo haberse dirigido hacia Isla Mujeres, para llegar a Cancún, ahorrándose las 3 mil millas de su vuelta por el Golfo de México, pero él indicó que era importante hacer ese recorrido, pues de esa manera pudo hermanar a las ciudades de Pensacola, en Estados Unidos, con el puerto de Veracruz.
Lo anterior, porque en 1559 una expedición con mil 500 hombres zarpó desde Veracruz en 11 embarcaciones, rumbo a La Florida, para fundar Pensacola, la primera ciudad de Estados Unidos. Esa expedición fue encabezada por Tristán de Luna y Arellano, un antepasado de Álvaro de Marichalar.
“Esto es algo que tienen que saber, porque es patrimonio suyo”, dijo, al referirse a los mexicanos.
Cuestionado sobre los periplecios vividos en su larga travesía, que durará dos años en total, el viajero comentó que en muchos lugares ha atravesado dificultades y que incluso de Holbox (donde estuvo el mes pasado) a Cancún tuvo que atravesar una tormenta, que lo obligó a tirarse al agua para evitar el riesgo de atraer un rayo. No obstante, afirmó que eso se compensa por los momentos en los que navega en serenidad, admirando el mar.
En esta travesía todavía no ha encontrado “islas de basura”, pero anteriormente sí se ha topado con ellas, en Sri Lanka y en Japón.
“He visto muchísima basura; las corrientes la concentran y se crean estas islas”, comentó. “Lo que podemos hacer es la educación: que no se tire basura y que se recoja la que hay”.
El español indicó que trae una iniciativa que busca presentar en Cancún, de la mano con expertos noruegos, para cosechar el sargazo desde el mar, para generar diversos productos útiles, lo que evita la erosión generado por su recolección en las playas.
Este mismo sistema, añadió, puede usarse para recoger la basura del mar.