Las actividades turísticas y los desechos producidos por la actividad agrícola provocan que la Laguna de Bacalar esté en peligro de perder los siete colores que la hacen legendaria.
De acuerdo con un estudio de Luisa Falcón Álvarez, investigadora del Instituto de Ecología (IE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Laguna de Bacalar podría tardar una década en recuperarse del daño ecológico provocado por el ser humano.
“Es un tesoro del planeta que no hemos sabido cuidar; el turismo desordenado y la falta de tratamiento de aguas residuales están acabando con el arrecife bacteriano de agua dulce más grande del mundo”, advirtió la experta.
Falcón Álvarez asegura que empiezan a desaparecer el blanco de la arena y los diferentes gradientes de profundidad que le otorgan siete tonalidades de azul a la laguna localizada en la Península de Yucatán.
En su lugar, tiene una coloración verdosa y café, según un boletín de la Dirección General de Comunicación Social de la UNAM.
Tras trabajar junto con su equipo por 15 años en la zona, la investigadora llegó a esta conclusión. En sus inicios, donde la que la laguna pasó de recibir decenas a más de 140 mil visitantes al año,
Y es que el aumento en el turismo se debe a la llegada del sargazo al Caribe Mexicano, por lo que los visitantes han preferido destinos como la Laguna de Bacalar. Fue en ese contexto que “se improvisaron hoteles y aparecieron servicios de la noche a la mañana, inadecuados y sin regulación”, según Falcón Álvarez.
Tan solo e la ocupación hotelera de la zona es mayor al 85% por ciento durante todo el año.
Contacto con agua contaminada
Otro factor a tomar en cuenta es su contacto con otros cuerpos de agua, apunta la experta.
Su secreto: la vida que alberga
La Laguna de Bacalar es objeto de estudio del equipo de Falcón Álvarez debido a que alberga al arrecife de bacterias de agua dulce más grande del mundo. Dichas comunidades microbianas viven desde hace 9 mil años en la zona.
De modo que su estudio no se enfoca en la calidad del agua pero fue inevitable que percibieran el efecto del turismo en el lugar.
Confinamiento no fue suficiente
Los días de confinamiento de las personas en sus casas con motivo de la pandemia por COVID-19 no fueron suficientes para la recuperación del cuerpo de agua. Necesitaría décadas para recuperar su equilibrio, según la universitaria.