Los “Enlaces de Participación Social” llegaron este día al paradero de Las Américas, en aras de mantener a la baja los números de contagio por Covid-19.

Desde el primer día que los voluntarios se pudieron la “gorra amarilla”, en Solidaridad ya suman 30 los voluntarios que exponen su vida por la de otros, conscientes de que cumpliendo las medidas sanitarias como el uso de cubrebocas, guardar distancia y usar gel antibacterial, ayudarán a disminuir los casos y, mejor aún, a reactivar la economía.

De acuerdo con Leonel Castillo Presenda, exponer su salud por la de otros no es una obligación, pero es una forma de sumarse al trabajo propuesto por el gobernador Carlos Joaquín González, para salir lo más pronto posible de esta situación que ha afecta no sólo a Playa del Carmen, sino que es a nivel mundial.

“Estamos viendo algo diferente, viviendo algo distinto de lo que pasaba, y  es  para nuestro bienestar; eso debemos entender, que debemos usar el cubrebocas, lavar las manos, usar gel antibacterial y mantener la distancia para que no nos infectemos, ni infectemos a los demás, porque lo más importante son nuestras familias”.

Desde las 09:00 horas de la mañana, y antes de mediodía, a pesar de las condiciones atmosféricas, a pesar de las groserías e  insultos de algunas personas, las “gorras amarillas” acompañadas de personal del Instituto de Movilidad del Estado de Quintana Roo (IMOVEQROO), y de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) hacían la labor que en los últimos meses ha sido fundamental: tratar que no haya más casos de coronavirus.

Pero, a diferencia de las personas autorizadas, los “gorras amarillas” sólo recomendaban a la gente las medidas necesarias, como guardar la distancia y usar el cubrebocas. Ya la capacidad de los vehículos de transporte urbano, o las medidas de sanitización, las dejaban a los que portaban su charola.

“Nosotros sólo somos voluntrios, queremos que no haya más contagios, únicamente vemos que respeten la distancia, que traigan cubrebocas o les obsequiamos uno”, como expuso Leonel.

Recuerda que a diferencia del primer día, cuando iniciaron las brigadas,  hace casi un mes, el trato de las personas ha cambiado. “Sí nos han dicho groserías, nos han insultado, nos hacen gestos,  eso es normal; pero estamos viendo algo diferente de lo que pasa”, reconoce. “Es  para nuestro bienestar y eso debemos entender. Para que no nos infectemos, ni infectemos a los demás”.

Al final, como destaca Leonel, “lo más importante son nuestras familias”.

No hay cifras de cuánto han ayudado estas “gorras amarillas”, pero es una verdad que han entregado todo para que la sociedad participe y acate estas recomendaciones.

Las brigadas, se instalan en los semáforos y zonas de mayor afluencia. Quien quiera sumarse también es bienvenido.

“Me pueden marcar al 9841086932, o por redes sociales, en Participación Ciudadana del Estado podrán conocernos y sumarse”.

Las “gorras amarillas” no serán médicos o enfermeros, pero su labor debe reconocerse en la misma magnitud pues como los primeros, están dispuestos a entregar su vida por la de otros.